El error del Barça con Mapi León
El incidente protagonizado por la central culé ha sido bochornoso, pero la reacción del club ha sido aún peor

Mapi León, central del FC Barcelona. | Cody Froggatt (Zuma Press)
Con 0-0 en el derby entre el RCD Espanyol y el FC Barcelona, la jugadora azulgrana Mapi León cometió un grave error. En caliente, en el minuto 14 de partido, y después de un rifirrafe antes de una jugada a balón parado, la central del Barça hizo el vergonzoso gesto de tocarle los genitales a la jugadora Perica, Daniela Caracas, y parece evidente que le dijo algo vergonzoso como «¿Tienes picha?». Una vejación inaceptable. Mapi León tuvo la mala suerte de que la escena en la que ofende a la jugadora del Espanyol es filmada y retransmitida en directo en plano corto. Por eso es incomprensible que, ya en frío, y viendo la polémica en las redes sociales, la jugadora emitiera un comunicado en el que negara las evidencias, de lo que hizo y dijo en el terreno de juego. Las imágenes y la lectura de labios no dejan espacio a la duda.
En lugar de que fuera la jugadora la que saliera inmediatamente a disculparse y a pedir perdón a la futbolista blanquiazul en unas declaraciones a Barça One, la televisión del club, lo procedente cuando la equivocación es tan evidente por una conducta personal inadecuada vista en imágenes, fue el Barça, con el escudo del club, el que emitió un comunicado, implicando a la institución, pero con la frase «Declaración de nuestra jugadora Maria Pilar León», como si se quisiera desmarcar.
Pero el contenido del comunicado todavía resultó más bochornoso. Y en lugar de arreglarlo, pareció empeorarlo. En primer lugar, negó la evidencia asegurando que «no vulneré la intimidad de mi compañera de profesión», cuando las imágenes demuestran todo lo contrario. Luego lo agravó, si cabe, calificando la acción como «un lance del juego», como si los tocamientos en las partes íntimas fueran habituales en los partidos. Normalmente, hay piques, roces, empujones, pero tocamientos en las partes íntimas y preguntas sobre el género sexual de la rival con el balón parado no es lo normal. Pero es que, además, Mapi niega que le dijera lo que las imágenes y cualquier especialista en lectura de labios pueden demostrar fácilmente que dijo.
No contenta con ello, en su comunicado, Mapi y el Barça se refieren al «acoso que al parecer viene sufriendo Daniela en las redes sociales» como si quisieran convertir a la víctima, la jugadora del Espanyol, en la causante del hecho, dando a entender que si las redes acosan a alguien es porque ha cometido un error, cuando aquí la única que se equivocó fue la jugadora barcelonista. Y para terminar, Mapi León se presenta como la gran damnificada «se ha generado un ruido y una polémica alrededor de mi nombre que solo busca dañar mi imagen y principios». A menudo, una disculpa a tiempo, un «lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir» es un gesto más sincero y humano.
Con el cambio de la ley del solo sí es sí, el código penal recoge que cualquier tocamiento en zona íntima sin consentimiento es considerado como agresión sexual, independientemente de si la futbolista Perica acabe denunciando o no unos hechos inaceptables, y ya censurados públicamente por el club españolista, con la autorización de su jugadora. Elena Fort, única mujer de la junta directiva y portavoz del club, solo aparece para hacerse la foto y, habitualmente, se esconde cuando más explicaciones debe dar la entidad.
Es la misma que criticaba a la anterior junta por relacionar «al Barça con países que no respetan los derechos de las mujeres» y, ahora, que tiene un cargo de responsabilidad en el club, le parece bien contratar con Arabia Saudí y Qatar. Es la misma que no dimitió cuando el Barça se puso de parte de Luis Rubiales después del famoso beso a Hermoso antes de la vergonzosa asamblea, en la que el expresidente de la Federación pronunció aquello de «no voy a dimitir», cuando otros clubes censuraron, enérgica e inequívocamente, la actuación de Rubiales y exigieron su renuncia. Es la misma que se pasó años acusando a anteriores juntas de querer cargarse a Messi y, ahora, que está en el club, es su directiva la que lo fulminó. Es la misma que reprochaba la falta de transparencia de las anteriores directivas y ahora, como integrante de la junta con la gestión más opaca de la historia del Barça, le parece bien.
La misma que decía que faltaba animación en el Camp Nou «porque estaba lleno de turistas» pero que luego no censuró el vergonzoso episodio de la invasión de los seguidores del Eintracht de Frankfurt causada por la negligencia de su directiva. Y, como vicepresidenta, es una de las responsables de haberse aniquilado la Grada d’Animació solo porque esos jóvenes socios se atrevieron a cantar «Barça, sí, Laporta, no», perpetrando el mayor atentado a la libertad de expresión contra sus propios socios/propietarios nunca visto antes por ninguna junta del Barça.
En fin, que es una pena que ni la jugadora Mapi León ni la portavoz del club, Elena Fort, hayan estado a la altura de la grandeza de la institución que representan.