Alfonso Pérez Burrull, exárbitro: «La gente se está pasando tres pueblos con los árbitros»
El colegiado, retirado en 2010, ofrece su perspectiva sobre el polémico panorama arbitral actual

El exárbitro de primera división Alfonso Pérez Burrull. | RRSS
Alfonso Pérez Burrull fue árbitro de Primera división a final de los años noventa y primera década del siglo XXI. Aquel arbitraje donde no había VAR, en estado puro. Exárbitro internacional y ahora comentarista en los medios, analiza para THE OBJECTIVE la situación del arbitraje actual. Le aborrece todo lo que rodea al caso Negreira y defiende al colectivo arbitral, como ya hizo en su carrera arbitral donde alcanzó la internacionalidad. Fue el árbitro del primer clásico de Luis Figo con la camiseta del Real Madrid en el Camp Nou
PREGUNTA.- En el año 2010 se retiró del arbitraje en activo… ¿Tanto ha cambiado desde entonces?
RESPUESTA.- Depende de cómo lo mires. Por fin profesionales, ese es un gran cambio, me gustaría saber qué se siente, ahí no llegamos. Y se nota, hay un colectivo muy preparado, a nivel físico y lo que ha contribuido a mejorar las prestaciones, y en general se ve un grupo tranquilo y que refleja lo que tiene que representar la figura del árbitro como deportista con buenas maneras y buen talante. Quizás algo encorsetados con algún procedimiento establecido o la parte tecnócrata del arbitraje, a veces menos reglamento en mano y más esparcido por el prado, VAR mediante, pero creo que hay una generación de árbitros de gran nivel.
P.- ¿Cree usted que el arbitraje español vive su momento de mayor tensión?
R.- Por aquí la cosa no cambia, en nuestra época tuvimos también que hacer reivindicaciones, comunicados, algún que otro parón, etc. pero si que creo que la gente se está pasando tres pueblos con los árbitros y la insistencia por reconvertir las jugadas en argumentos conspiratorios. No se si sube la tensión pero si el nivel de utilización del trabajo del árbitro, con sus errores, aciertos y lo subjetivo de los penaltis para crear un relato que nada tiene que ver con la realidad. La cuestión es porque se sigue manteniendo en el tiempo esta forma de actuar que parece no se sabe vivir sin ella y que ¿pasaría si fuera la última vez que se duda de esta forma de los árbitros? ¿Serían capaces?
«El árbitro es más feliz cuando acierta y no hay tarjetas»
P.- ¿Se puede decir que hemos traspasado una raya?
R.- Entre que el año pasado un equipo decía que LaLiga estaba manipulada en su contra y este año otro también en negrita y subrayado los equipos deberían reflexionar dónde está el límite. ¿Por qué creen que uno iba a salir a un campo, que nada hay más transparente que el árbitro en medio y a la vista de todos, pensando en hacer mal su trabajo para perjudicar a alguien? ¿Para qué? Igual es una pregunta muy simple pero con respuesta sencilla que como raya de salida puede valer para mejorar el producto y luego ya nos sentamos a hablar de fútbol, a proponer en positivo y compartir sistemas infalibles para que haya más tiempo de juego y más espectáculo que es lo suyo. Pero lo primero, lo primero y desde lo entendible de pedir las mejores prestaciones al arbitraje y algún cabreo con alguna jugada, lo demás sobra, los equipos son todos iguales, de once contra once y el árbitro es más feliz cuando acierta y no hay tarjetas.
P.- Usted bien lo sabe… ¿En la temporada 2008-2009 recibió amenazas de muerte tras un partido con el Real Madrid ante Osasuna en enero del 2009? Cuénteme con detalle
R.- Un par de cartas escritas con recortes de letras y llamadas amenazantes que además recibía mi sobrino Alfonso. Que no digo yo que la jugada no fuera para cabrearse con el árbitro pero se montó demasiado lío. Entre la mala leche contigo mismo por la metedura de pata y la rabia que te da a dónde se lo lleva la gente, sobre todo que se aplique al error la intencionalidad, hubo que equilibrar emociones, y más si toca aguantar marea desde la nevera, ¡je je!
Costó filtrar el foco mediático para no sentirlo más de la cuenta, por ahí va el trabajo de después y la vuelta a la normalidad de lo deportivo. Hace poco estuve con Juanfran recordando la jugada.
P.- Incluso el presidente del club navarro de entonces, Patxi Izco, le llamó delincuente.
R.- Luego el universo quiso que el siguiente partido que pité a Osasuna ganó dos cero en Villarreal, los dos goles de Juanfrán, entró a felicitarme al vestuario el bueno de Patxi Izco (presidente de Osasuna) y hablando se entiende la gente. Siempre acaba siendo todo muy cordial en el mundo del fútbol y las cosas nunca se toman como algo personal.
P.- Se puede decir que son los mismos problemas pero 15 años después
R.- Cambiando lo artesanal de las cartas por X (antiguo de Twitter) volvemos al mismo punto, pero ahora con mucho más ruido. Antes era el «Villarato» (en relación al entonces presidente de la RFEF, Angel María Villar) que decían que por un tema electoral beneficiamos a un equipo luego fue el otro que pensaba que tirábamos en su contra y el resto diciendo que les pitamos distinto y beneficiamos a los grandes, y luego por si faltaba algo llegó el trilero en forma de vendedor de informes arbitrales de última generación (en referencia a Enriquez Negreira). Parece que siempre hay algo para utilizar en negativo contra los árbitros, pero no es lo mismo situaciones y partidos puntuales y el lío que se monta por alguna jugada que cuestionar el funcionamiento de toda una competición, por ahí hay otra dimensión.
«Todo lo que sea indepedencia a los árbitros, mucho mejor»
P.- ¿Cree Alfonso Pérez Burrull que esto tiene solución? Por ejemplo, que los árbitros no dependan directamente de la Federación. ¿Cree que depender de los clubes es un peligro?
R.- Hay un marco jurídico establecido con condición de comité técnico de las federaciones, pero eso no tiene que ser ni ha sido nada que signifique dependencia más que la orgánica, el árbitro depende de sí mismo a la hora de arbitrar. Luego es una cuestión de mentalidad y darse cuenta, en mi opinión, que los árbitros cuanto más al margen estén del resto de cuestiones del mundo del fútbol que no sean lo puramente deportivo y la interacción con los participantes en temas relacionados con los partidos, mucho mejor para todos. A partir de ahí, si se tiene que cambiar el estatus, formar un ente distinto o habilitar una empresa mercantil o como lo quieran llamar, bienvenido sea. Al final, el árbitro está a disposición del mundo del fútbol y pertenece a él y creo que todo lo que sea delegar y dar la mayor confianza e independencia posible es la mejor forma de acabar con la sospecha de los que siempre dudan de las injerencias. Si los tiempos invitan a avanzar en esta dirección y que los árbitros decidan sobre lo suyo mientras están al servicio del fútbol pues a ello, yo no le veo el problema.
«Real Madrid y Barcelona deben dejar de ser los campeones de la sospecha»
P.- ¿A usted qué le parecen las críticas voraces del Real Madrid contra el estamento arbitral?
R.- Un poco más voraces de la cuenta si la verdad, no ha estado bien y demasiada carga y lenguaje acusatorio que sobraba, nadie tiene derecho a hablar así de las personas por mucho que te parezca que no se está a la altura, pero los árbitros son los mismos cuando ganas y cuando pierdes. Te lo relaciono con lo que comentaba antes, a mí me parece que eso es algo que les compete a los clubs y en especial a Madrid y Barca explicar, porque son los que más dudas transmiten pero a la vez los que más campeonatos ganan. Porque no son capaces de cambiar y les cuesta tanto liderar la visión del arbitraje en positivo y dentro de los valores como equipos de fútbol también ser los mejores en eso. De la misma forma que su rivalidad, sus clásicos y esos pedazo de jugadores que nos traen aportan mucho a cómo se vive el fútbol y el gran seguimiento que tiene, deben dejar de ser los campeones de la sospecha.
P.- ¿Y los vídeos de Real Madrid TV contra los árbitros?
R.- Bueno, cada loco con su tema como decía Joan Manuel Serrat. Si una televisión decide incorporar a sus contenidos la sección de lo que el árbitro no vió porque que siempre nos miran mal es su decisión y guste o no hay que respetarlo. Visto desde fuera no acierto a entender lo de hablar tanto de un árbitro antes de un partido como si no fuera suficiente con lo que tienes para competir y por si acaso; y si se hace de acuerdo con las directrices del club, menos todavía.
P.- Y el capítulo vivido por Munuera Montero… Que le investiguen hasta sus empresas… Y lo peor es, como dijo Munuera, lo que sufren sus familiares más cercanos.
R.- A veces no son cosas fáciles de gestionar, y menos que la gente sea tan frívola en relacionar las cosas con el campo. Lo importante es que no duren más de cinco minutos en la cabeza. Al final racionalizas y te quedas con lo orgullosa que está la familia de tu condición de árbitro y lo bonito de compartir, aunque sean daños colaterales maliciosos.
«Los cambios se hacen cuando se tengan que hacer y por la persona a quien le compete»
P.- ¿Cree que cambiando las piezas en la dirección arbitral se soluciona algo? Esto parece algo endémico: siempre pidieron la cabeza de Vitoriano, luego de Velasco, y ahora de Medina Cantalejo.
R.- Es otra de las patas del banco de dar a diestro y siniestro. ¡Qué manía! Cambiar el sistema, traer árbitros ingleses, cambiar el presidente… Los cambios se hacen cuando se tengan que hacer y por la persona a quien le compete. Yo no sé si el que está es el adecuado o si tiene que ser otro, no creo que sea esa la cuestión y menos que la decidan desde fuera. Lo importante es que quien esté tenga la capacidad de liderazgo y de trabajo en equipo que necesita el colectivo.
P.- ¿Como cambiaría Alfonso Burrull el arbitraje actual?
R.- Por ideas que no falten, desde mi propia sala VAR llevamos vistos la mayoría de partidos del fútbol profesional en estos años y a la vez tomando apuntes y desarrollando ideas que estaría encantado de compartir. No tanto en lo que se pueda cambiar sino en lo que pueda aportar. Yo lo que creo es que el arbitraje tiene que crecer por sí mismo y no al paso de lo mediático o porque se monta el lío y enfocado a poner en valor lo bonito de una actividad de la que participan miles de personas. Dentro de la competición, el árbitro debe de ser lo más anónimo posible pero a nivel de colectivo hay que recuperar espacio y salir ahí fuera a contar, vender, transmitir y desarrollar la profesión desde abajo como se merece y que cada vez haya más árbitros.
«Todo el mundo busca lo mejor para su familia y los árbitros también»
P.- ¿El sueldo que cobran es un problema?
R.- No sé porqué, no creo que sea cuestión de cuantificar sino de aplicar al trabajo del árbitro y su salario el porcentaje que sea el correcto dentro lo que factura el mundo del fútbol en función de su labor, teniendo en cuenta que son contratos de un año. Otra cosa es que luego se quiera relacionar con que lo de «encima con lo que cobran». Eso no procede. Todo el mundo busca lo mejor para su futuro y su familia, los árbitros también. Invertir en la base y ayudar a los comités territoriales en la formación, eso también es importante que se tenga en cuenta a la hora de hablar del dinero destinado al arbitraje.
«Yo creo que pitaba mejor sin extras, con menos tecnología con la que pelear»
P.- ¿Qué me dice del VAR? Ustedes esto no lo tenían.. Suerte que ya vivió el pinganillo porque también arbitró sin ello…
R.- Más a capela, si es lo que tocaba, ya me hubiera gustado haber tenido cerca un VAR en alguna ocasión. Pero fíjate, puesto en perspectiva, yo creo que pitaba mejor sin extras, con menos tecnología con la que pelear. Eso sí, pero había un punto de la decisión que como no podías pedir opinión ni daba tiempo a pensar salía más automática en clave de sensación de fútbol, de perspectiva de jugada, de valorar la intensidad y lo que hacen los cuerpos a la hora de resolver las jugadas.
P.- ¿Ve como solución un VAR similar al baloncesto?
R.- Son deportes distintos, y también tanteos más amplios que no reducen un partido a una jugada. El problema del VAR es que se ha convertido en un elemento más de reclamación, ya en el propio campo según ocurre algo parecido a un penalti todo el mundo levanta la mano, o se quedan en el suelo o lo que sea para que me revisen la jugada en área ajena. Y no tanto en una herramienta arbitral para que las cosas que se escapen a la visión o no se aprecien correctamente se puedan revisar.
En el fuera de juego, funciona y rápido, pero luego creo que mandan demasiado las fotos y los puntos de contacto y por aquí es por donde viene el lío, en cómo encajan las posibles situaciones de penalti, lo que es sancionable o no. En el concepto de error obvio claro o manifiesto que refleja el protocolo. Por aquí creo que se podría repensar, parte que los equipos tengan claro que todo se está revisando, que no es necesario que se reclame tanto y parte que no haya demasiada intervención en jugadas de apreciación, mucha cámara lenta a veces, podría ser que por aquí se mejore. En realidad, más allá de las polémicas con los penaltis, tampoco han sucedido tantas situaciones de errores claros que se hayan escapado.
«Mi propio ‘pack’ del arbitraje se puede compartir con quien le interese y si algo puedo aportar mucho mejor»
P.- Usted colabora en los medios… ¿Cree que los exárbitros ayudan o perjudican a los árbitros actuales?
R.- Bueno no es a veces una posición fácil, entre los que dicen que eres corporativista y algún ilustre que se atreve a insinuar que estás en el bando equivocado. Yo no me subrogo ninguna capacidad, me da igual que se quiera utilizar mis opiniones para la polémica o que me traten de pasar por proscrito porque estoy en un medio. Esta parte pelín cabrea a veces, que nadie que dude de mi compromiso o que me dé lecciones, al final entre unas cosas y otras me he dado cuenta que llevo 45 tacos pegado al arbitraje, 15 amateur, 15 profesional otros 9 internacional, años ejerciendo de enlace de los compañeros con los jefes, dedicados a la formación, o haciendo excauting en 1ª ref y otros de delegado de primera y segunda división hasta que me cortaron la cabeza por un tema electoral ajeno a mi trabajo…muy largo de explicar je. Como para no pensar como arbitro aunque haya cambiado el silbato por el micro.
Ahora tengo la responsabilidad de ser asesor arbitral en la radio que habla sólo de deporte y es un honor también y muy agradecido a Marca por contar conmigo. Y mientras tanto llevamos unas temporadas tratando de contar la vida de un árbitro, de cómo somos y como vivimos nuestro trabajo, pelín abuelo cebolleta a veces, pero siempre en modo disfrute de ser árbitros y si de paso se nos entiende y respeta un poco más, mejor, al margen de opinar de jugadas, ese es el objetivo.
Cada uno que lo entienda como quiera, para mi es seguir de formación continua tantos años después viendo casi todos los partidos de liga, percibiendo y aprendiendo de cómo se nos ve desde otro ángulo y dándome cuenta de que hay más predisposición positiva a la hora entender al arbitro por la gente que me rodea que lo que pensaba cuando estaba en activo. Digamos que mi propio pack del arbitraje por compartir con quien le interese y si algo puedo aportar mucho mejor
P.- El problema es que las agresiones al árbitro se están convirtiendo en una tónica en el fútbol base. Con este panorama… ¿como van a querer los niños ser árbitros?
R.- Es otro quid de la cuestión, porque ves que la sociedad en general y el mundo del fútbol en particular, está haciendo mucho y de agradecer contra la violencia, poniendo gruesa raya a cualquier comportamiento y en cualquier ámbito. Pero parece que la raya es a veces discontinua con la componente de violencia hacia el árbitro, sobre todo en el fútbol base.
Creo que todo el mundo y los árbitros los primeros, tenemos que ser beligerantes contra cualquier atisbo de normalización de la agresividad o la violencia y que el mensaje sea que al ser árbitro es lo que hay. ¡Pero si hay lugares en los que los críos tienen que llevar un brazalete que indique que es árbitro menor de edad! ¡Este año hasta una madre saltó al campo para dar una bofetada a un árbitro de alevines con su hijo de la mano!
Es una pena porque por el contrario y he dedicado varios años a la labor de formación e iniciación al arbitraje, es una actividad que puesta al servicio de niños o adolescentes tiene un gran valor educativa y combina aprendizaje en valores y destrezas emocionales con la práctica del deporte como ninguna.
«Ni antes ni ahora nos ha dicho nadie cómo teníamos que arbitrar, le hubiéramos corrido a gorrazos»
P.- ¿Qué opina del caso Negreira? ¿ A usted le insinuaron algo en su carrera? ¿Tenía tanto peso como dicen que tenía?
R.- Ahora toca ver el lado positivo, que estos temas se judicialicen es bueno porque más allá de responsabilidades, también sirve para disipar dudas. Si es de que nada de eso haya acabado en un partido vía árbitro, la verdad ofende. Esperemos que se resuelva rápido y nos aclaren lo que pasó, que fue una relación económica entre una persona que formaba parte del estamento arbitral y un club de fútbol. Ahí empieza y acaba el recorrido de la cuestión. Obviamente visto desde fuera es entendible que se valore distinto y las lecturas que se puedan hacer. Pero que nadie se preocupe. Ni a los de antes ni a los de ahora nos ha dicho nadie como teníamos que arbitrar, entre otras cosas porque no lo hubiéramos consentido y le hubiéramos corrido a gorrazos, es así de simple.
P.- Miremos a su carrera. Usted pitó el primer Barcelona-Real Madrid en el Camp Nou con Luis Figo como madridista… ¿Qué recuerda de aquello?
R.- Un jaleo espectacular, lo recuerdo como el día de mayor de ruido en un campo y de crispación en la grada, hubo momentos que los jugadores ni oían el silbato. Día de los que no se olvidan, al margen de lo que se montó por la vuelta de Figo. Era también mi primer clásico, así que como él se llevaba los honores, aprovechamos para pasar a un segundo plano y disfrutar que al final es la mejor forma de que salgan bien las cosas.
P.- ¿Algún otro partido que recuerde con especial cariño en su carrera?
R.- La final de Copa del Rey sin duda en el Vicente Calderón entre el Betis y Osasuna. Ahí es donde se cumple el sueño.
«Para mi arbitrar siempre ha sido un modo de rebeldía contra las cosas que están mal»
P.- ¿Cómo llega Alfonso Pérez Burrull al mundo del arbitraje?
R.- Pues adolescente futbolero sin mucho nivel de toque de balón, al que uno de esos días que te sacaban de clase al pasillo por trasto, le puso el Padre Julián a arbitrar en modo castigo didáctico, que no sabía qué hacer conmigo, y la verdad que lo clavó. Para mí arbitrar siempre ha sido un modo de rebeldía contra las cosas que están mal y considero injustas, y poder hacerlo a la carrera en un campo del fútbol es una sensación maravillosa. Por eso habrás visto que lo que peor llevo es que se dude de las personas, de sus compromisos y valores. Y siendo árbitro, que te traten de quitar el de la honestidad, que por eso te haces árbitro… Me llevan los demonios, que decimos en Comillas.