La última bala del Madrid pasa por Montjuic, la de Ancelotti apunta a Brasil
Pero hasta donde conozco también, ni siquiera ganar la Copa del Rey hubiera cambiado el destino de Ancelotti

El entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti. | Europa Press
Esta temporada nos va a dar la posibilidad de experimentar hasta cuatro clásicos. Los tres primeros se han jugado en localizaciones tan dispares como el Santiago Bernabéu, el estadio King Abdullah de Riad o La Cartuja de Sevilla, pero todos han tenido un denominador común: el vencedor ha sido el Barça de Flick. Dos de ellos, además, han supuesto sendos trofeos para los catalanes en forma de Supercopa de España y la más reciente Copa del Rey.
Tras el 0-4, el 5-2 y el 3-2 de este domingo el resultado global refleja un 12 a 4 en el electrónico que desmoraliza hasta al aficionado merengue más optimista. Y no les culpo, porque uno, que ha estado de cuerpo presente en las tres recordadas citas, tiene pocos argumentos con los que trasladarles que una victoria dentro de 12 días en el Estadio Olímpico es posible.
Y eso es lo más preocupante en clave merengue. Que la única bala que les queda para ganar La Liga pasa por acertar de pleno en Montjuic y, encima, esperar otro fallo más del Barça.
Ancelotti en la rampa de salida
Hasta donde sé, y a pesar del amargo curso futbolístico, Carletto habría querido cumplir su contrato en el Real Madrid con los ojos cerrados. Pero hasta donde conozco también, ni siquiera ganar la Copa del Rey hubiera cambiado el destino de Ancelotti. Y es que en esta ocasión, la cosa no va tanto de resultados o trofeos (que también) como de sensaciones de agotamiento.
Nadie había estado cuatro temporadas completas (y consecutivas) sentado en el banquillo del Real Madrid desde Miguel Muñoz en los años 60. Desde entonces, Beenhakker con 1095 días, del Bosque con 1314 y Mourinho con 1097 son los técnicos que más tiempo seguido han durado en el cargo hasta que arribó Ancelotti en su segunda etapa donde acumula 1423 días sin interrupción.
En la institución los sentimientos son claros: están tremendamente agradecidos con la segunda etapa del italiano como merengue, pero también han detectado con preocupación que, este curso, no ha ha conseguido activar la tecla que mantuviera hambrientos y motivados a sus jugadores para seguir ganando títulos.
Si a esta ecuación le sumamos que la Confederación Brasileña de Fútbol persigue a Carlo con insistencia ofreciéndole una jugosa guinda para finiquitar su carrera y que Fernando Carro (el CEO del Bayer Leverkusen) ha telegrafiado de manera muy evidente lo que el Madrid tiene que hacer (con plazo de un mes incluido) para firmar a Xabi Alonso, todos los caminos conducen a Carlo Ancelotti a la rampa de salida y al tolosarra como su deseado sustituto.
Despedida con honores
Si, como parece, el adiós de Carletto está próximo, creo firmemente que merece ser despedido con honores en todas las direcciones.
Por parte del club con un emotivo acto frente al madridismo en la última jornada de Liga que se disputa en el Santiago Bernabéu contra la Real Sociedad. Me imagino algo así como el bueno de Carletto, rodeado de todos los trofeos conseguidos y dando la vuelta de honor al mágico recinto que ha sido su hogar los últimos cuatro años.
Por el lado de los jugadores esforzándose hasta la extenuación en las cinco jornadas que quedan para honrar a su entrenador. Nada de bajar los brazos. La actitud y el fútbol han de parecerse al del segundo tiempo contra el FC Barcelona en la final de la Copa del Rey. Así debe de ser el próximo domingo contra el Celta y así tiene que ser la próxima semana en Montjuic en el último clásico del curso.
Sólo nos quedan dos patas para completar este banco de gratitud para con Ancelotti: la de los aficionados de Chamartín que, a pesar de estar frustrados con su desempeño reciente, le guardan un mayoritario afecto. Y la de la prensa, que aunque sea todo lo crítica y severa que un cargo como el suyo exige, le guarda (en un gran porcentaje) un profundo respeto por su caballerosidad, profesionalidad y trayectoria.
¿Ancelotti canarinho?
Me consta que club y entrenador se verán las caras en breve y ordenarán las ideas. Ancelotti, que tiene contrato hasta 2026, tendrá entonces que mover ficha. Desvaneciéndose su opciones de continuar ligado a la entidad de Concha Espina sólo le quedan dos alternativas. Una cómoda retirada o una última y vibrante aventura al mando de la selección brasileña.
Tras varios «no» en el pasado, algunas dudas y muchas charlas con su staff y familia, todo parece indicar que esta vez sí, Ancelotti apunta a Brasil.