Horror en Sudamérica: varios hinchas heridos de gravedad en un partido entre Independiente y U de Chile
El encuentro fue suspendido por los graves incidentes vividos en las gradas del estadio Libertadores de América

Hinchas de la U de Chile en las gradas del estadio Libertadores de América. | EFE/ Juan Ignacio Roncoroni
El partido de vuelta por los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente de Avellaneda y Universidad de Chile, disputado este miércoles en el Estadio Libertadores de América, fue suspendido de manera definitiva por los violentos enfrentamientos entre hinchas de ambos equipos. Lo que comenzó como un encuentro deportivo terminó en escenas de caos y horror, con varios heridos graves y decenas de detenciones.
El duelo, que se jugaba bajo un clima de tensión desde el pitido inicial, transcurría con un empate 1-1 al inicio del segundo tiempo, cuando estallaron los disturbios. Según testigos y vídeos captados por las cámaras de televisión, un grupo de aficionados de la Universidad de Chile, ubicados en la tribuna visitante, comenzó a lanzar proyectiles, bombas de estruendo y objetos contundentes hacia las zonas inferiores ocupadas por hinchas locales. Esto provocó destrozos en el estadio y una respuesta inmediata de los seguidores de Independiente, quienes irrumpieron en el sector visitante en un ataque desmedido. Más de un centenar de personas acorralaron a una decena de chilenos, utilizando butacas, palos y otros objetos como armas, provocando agresiones brutales y caídas desde las gradas.
La Policía argentina intervino rápidamente, pero el daño ya estaba hecho. Fuentes oficiales han reportado al menos 10 heridos de gravedad, que fueron trasladados a hospitales cercanos, y alrededor de 90 detenciones, principalmente de hinchas chilenos involucrados en los disturbios iniciales. Informes preliminares, aún no confirmados por las autoridades, hablan de hasta tres fallecidos, incluyendo un menor de 14 años y un niño, todos de nacionalidad chilena, aunque otras versiones mencionan al menos un hincha que cayó al vacío desde una tribuna.

La Conmebol, organismo rector del torneo, emitió un comunicado oficial confirmando la suspensión definitiva del partido y anunciando la apertura de una investigación disciplinaria para determinar responsabilidades. Se especula con posibles sanciones severas, como la eliminación de ambos clubes de la competición.
Néstor Grindetti, presidente de Independiente, ha lamentado los hechos en declaraciones a la prensa: «Lo que no podíamos prever eran comportamientos anormales de un público totalmente desquiciado». Por su parte, el presidente de Chile, Gabriel Boric, se ha pronunciado desde Santiago, condenando la violencia y destacando la «evidente irresponsabilidad en la organización». Boric ha enfatizado que la prioridad del gobierno chileno es asistir a los compatriotas afectados, asegurando atención médica y respeto a las garantías de los detenidos, en coordinación con la embajada y el consulado en Argentina.
Los incidentes no se limitaron al interior del estadio; corridas y peleas se extendieron a los alrededores, exacerbando el caos en una noche que debía ser de fútbol, pero se convirtió en una tragedia. Varios periodistas presentes en el estadio han descrito escenas de «tortura y brutalidad sin control», con imágenes sensibles que han circulado ampliamente en redes sociales y medios internacionales. Este episodio revive debates sobre la seguridad en eventos deportivos en Sudamérica, donde la violencia entre barras bravas ha sido un problema recurrente.
La Conmebol aún no ha anunciado cómo se resolverá el enfrentamiento, que en el partido de ida en Santiago había terminado con victoria 2-1 para la Universidad de Chile. Mientras tanto, las autoridades argentinas y chilenas continúan investigando para identificar a los responsables y evitar que hechos como estos se repitan en el futuro del fútbol continental.