Desactivada una bomba en la casa de los presuntos cómplices del suicida de San Petersburgo
La policía rusa ha desactivado este jueves un artefacto explosivo en un apartamento de San Petersburgo donde vivían los presuntos cómplices del terrorista suicida que el pasado lunes mató con una bomba a catorce personas en el metro de esa ciudad. «El artefacto ha sido desactivado y los malhechores detenidos», ha dicho a los periodistas el jefe del distrito donde se encuentra el apartamento. El Comité de Instrucción (CI) de Rusia, la autoridad que investiga el atentado, ha informado de la detención de varias personas que tuvieron contactos con Akbarzhon Dzhalílov, el presunto autor del atentado, oriundo de la república centroasiática de Kirguistán pero nacionalizado ruso.
La policía rusa ha desactivado este jueves un artefacto explosivo en un apartamento de San Petersburgo donde vivían los presuntos cómplices del terrorista suicida que el pasado lunes mató con una bomba a catorce personas en el metro de esa ciudad. «El artefacto ha sido desactivado y los malhechores detenidos«, ha dicho a los periodistas el jefe del distrito donde se encuentra el apartamento. El Comité de Instrucción (CI) de Rusia, la autoridad que investiga el atentado, ha informado de la detención de varias personas que tuvieron contactos con Akbarzhon Dzhalílov, el presunto autor del atentado, oriundo de la república centroasiática de Kirguistán pero nacionalizado ruso.
«Se ha identificado a varios ciudadanos de repúblicas centroasiáticas que tenían contactos con Dhalílov. En el registro del apartamento en el que vivían han sido hallados objetos relevantes para la investigación», ha explicado la portavoz del CI, Svetlana Petrenko. Una fuente policial ha precisado a la agencia a Interfax que los detenidos son tres y que la bomba que se encontró en su vivienda es similar a la usada en el atentado del pasado lunes. Este registro se produce justo después del que llevó a cabo este miércoles un equipo de investigadores rusos en la casa de Akbardzhon Dzhalilov, donde no encontraron armas ni explosivos pero sí literatura de carácter islamista radical y material que puede ser útil para esclarecer lo sucedido.
Al mismo tiempo del registro de este jueves, la policía ha cerrado una estación de metro de San Petersburgo tras requisar a un hombre una vieja granada que llevaba en una bolsa y que había sido detectada en la inspección por rayos X. Los artificieros que han llegado al lugar «han comprobado que efectivamente se trataba de una granada RG-42 de la Segunda Guerra Mundial, que no llevaba trilita», por lo que no representaba un peligro real, ha informado un portavoz de la policía.
La operación desplegada tras el atentado del lunes se ha saldado hasta el momento con la detención de once personas. El miércoles fueron detenidas ocho como sospechosas de reclutar a combatientes y terroristas para el autoproclamado Estado Islámico y otras organizaciones terroristas. Sin embargo, los investigadores no precisaron si esos detenidos tienen alguna relación con el atentado perpetrado por Dzhalílov. A ellos se suman los tres detenidos este jueves como presuntos cómplices del terrorista suicida.
El joven terrorista, de 22 años, recibió en 2011 la ciudadanía rusa y residía desde entonces en la antigua capital zarista, donde trabajaba como mecánico. Al parecer, fue él quien hizo estallar una bomba que llevaba adherida al cuerpo en un vagón del metro cuando circulaba entre dos estaciones. Y se cree que fue también él quien colocó un segundo artefacto explosivo en otra estación del metro, «Ploschad Vosstania», que fue desactivada a tiempo por la policía.