Desarticulada una red de la mafia china vinculada al tráfico de drogas y la prostitución
La organización se dedicaba a la producción de marihuana mediante el alquiler de naves en polígonos industriales, y a su posterior exportación a Europa
La Policía Nacional ha desarticulado una banda de presuntos integrantes de la mafia china. La organización es sospechosa de forzar a inmigrantes sin documentos a cultivar marihuana en condiciones de esclavitud, para luego exportarla a otros países de Europa.
La investigación se inició el pasado mes de febrero, si bien es extensión de pesquisas previas que ya habían evidenciado la existencia de esta organización criminal, y tras un año y siete fases, ha finalizado con la detención de 81 personas, 29 de las cuales han ingresado en prisión.
Los policías han liberado a 36 ciudadanos chinos y vietnamitas sometidos en las naves a condiciones de «semiesclavitud», sin documentación y trasladados a España de forma clandestina para ser explotados como mano de obra barata para su actividad delictiva, y a los que nunca les pagaron el salario de 500 euros prometidos.
También se ha liberado a trece mujeres que estaban en los seis pisos que la organización controlaba en Valencia, las localidades valencianas de Sedaví y Alzira, y la alicantina de Denia, todas de origen chino y que ejercían la prostitución bajo coacción, simulada bajo la práctica de masaje.
La investigación, desarrollada en siete fases, ha permitido aprehender 22.463 plantas de marihuana, desmantelar 19 naves industriales e intervenir 61.000 euros en efectivo, según han informado en una rueda de prensa altos cargos de la Policía Nacional.
En el último año, la red ha exportado 2.200 kilos de marihuana a Inglaterra, Escocia y Holanda. Durante la última fase de la investigación, los agentes han detenido a una treintena de personas en Valencia, Madrid, Albacete, Aspe (Alicante) y Elche (Alicante).
La banda: células independientes con un modus operandi idéntico
Dentro de la organización había grupos que operaban aparentemente como «células» independientes. Aún así, se pudieron detectar patrones comunes para interrelacionarlos. Todos utilizaban la misma empresa de mensajería privada para enviar la mercancía y su modus operandi era idéntico: similitud en el embalaje de los paquetes, descripción del producto como ropa, pesaje de unos 10 kilos y misma técnica de envasado interior. El proveedor del material necesario para el cultivo y acondicionamiento de las naves de producción era, en todos los casos, la misma persona y usaban el mismo método de transporte, con coches y furgonetas alquilados en Valencia o Madrid por breve espacio de tiempo.
Además, todas las células alquilaban pisos sin habitar que usaban ex profeso como «depósito» de la mercancía y del material necesario para el embalaje y se valían de las mismas personas para el montaje de la infraestructura productiva de las naves de alquiler y de la misma persona para el envío de los paquetes de marihuana.
También coincidían los nombres de los destinatarios así como en las direcciones de entrega de los paquetes de marihuana con destino al Reino Unido y se comprobó que personas de las distintas células investigadas tenían relación entre ellas.
Los responsables de las células tenían doble residencia en Valencia y Madrid, y hacían constantes desplazamientos y en la capital valenciana tenían los cuatro pisos como depósito, en los que se hallaron 45,6 kilos de marihuana en cogollos y material para su preparación y envasado.
El método de exportación se canalizaba a través de diversas empresas privadas de paquetería simulando ser generalmente ropa y a veces se desplazaban a provincias como Jaén, Sevilla, Cádiz o Toledo para comprar a otros proveedores partidas de marihuana que, a su vez, reenviaban al extranjero.