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Ciencia

Descubierta una nueva estrella de neutrones

Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han descubierto una nueva estrella de neutrones (púlsar) junto a la nebulosa del Cangrejo, ha informado hoy el centro de estudios mexicano, citada por Efe. Los profesionales de la UNAM han revisado los púlsares Geminga y Monogem, a 800 años luz de la Tierra, en la constelación de Géminis, y han descubierto uno nuevo en la nebulosa del Cangrejo, que ha sido bautizado como «HAWC J0543+0233».

Descubierta una nueva estrella de neutrones

Reuters

Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han descubierto una nueva estrella de neutrones (púlsar) junto a la nebulosa del Cangrejo, ha informado hoy el centro de estudios mexicano, citada por Efe. Los profesionales de la UNAM han revisado los púlsares Geminga y Monogem, a 800 años luz de la Tierra, en la constelación de Géminis, y han descubierto uno nuevo en la nebulosa del Cangrejo, que ha sido bautizado como «HAWC J0543+0233».

El hallazgo de esta estrella es fruto del trabajo en conjunto con universidades estadounidenses y europeas en el Observatorio de Rayos Gamma High Altitude Water Cherenkov (HAWC). El estudio de estas estrellas ofrece información valiosa sobre uno de los principales enigmas que enfrenta la comunidad científica: el exceso de positrones cósmicos que llegan a la Tierra. El positrón es la antipartícula del electrón y se creía que los púlsares eran una de sus principales fuentes, explicó la investigadora del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, Magdalena González, responsable del Laboratorio Nacional HAWC de Rayos Gamma.

Los análisis realizados desde el volcán Sierra Negra, en Puebla, donde está ubicado el observatorio HAWC, indican que «probablemente esas estrellas no sean las principales responsables de la llegada de positrones a nuestro planeta». Las antipartículas, ha precisado, se producen gracias a la interacción entre los rayos cósmicos (núcleos atómicos) y el gas interestelar cerca de nuestro sistema solar. El inconveniente es que pierden energía muy rápido y para estudiarlas es necesario que la fuente esté relativamente cerca del planeta.

El estudio ha podido realizarse porque los púlsares emiten electrones y positrones que al chocar con el medio circundante dan origen a los rayos gamma de alta energía, permitiendo a HAWC su detección. «Geminga y Monogem están tan cerca que las vemos grandes, pero en el plano galáctico hay más fuentes, y saber cuál emite es más complicado. Ahora empezamos con estas fuentes que se ven a simple vista, pero es un estudio que apenas empieza», ha concluido González.

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