Detenido un directivo de Porsche por el escándalo de los motores diésel
Un directivo del fabricante de automóviles Porsche ha sido detenido en el marco de las investigaciones de las autoridades alemanas sobre el escándalo de manipulación de datos de emisiones de motores diésel, según ha informado este viernes el presidente de Porsche, Oliver Blume, a sus trabajadores.
Un directivo del fabricante de automóviles de lujo Porsche ha sido detenido en el marco de las investigaciones que las autoridades alemanas realizan sobre el escándalo de manipulación de datos de emisiones de motores diésel, según ha informado este viernes el presidente de Porsche, Oliver Blume, a sus trabajadores. En su mensaje explica que las autoridades han justificado la detención del directivo de la empresa porque existe riesgo de fuga.
Las investigaciones están dirigidas contra tres personas, dos de las cuales trabajan en Porsche en la actualidad – una es miembro del Consejo de Dirección – y otra que ya ha abandonado la empresa.
El miércoles, más de 160 policías y una treinta de magistrados participaron en una redada que afectó a varias sedes de Porsche y de su filial Audi, que proporciona los motores diésel a la empresa matriz, en 10 lugares de Baviera y de Baden-Wurtemberg.
La Fiscalía considera que los tres imputados y Porsche tenían conocimiento de que en los motores había dispositivos prohibidos que permitían reducir las emisiones en las pruebas realizadas en el taller. La Fiscalía ha confirmado el arresto de un sospechoso tras los registros, pero no ha dado a conocer la identidad del mismo.
Por su parte, la compañía ha rechazado estas acusaciones. “Porsche no desarrolla ni produce motores diésel o programas asociados”, ha dicho Blume en el mensaje enviado a los empleados. “Nosotros rechazamos esa imputación y haremos todo para aclarar los hechos”, ha añadido.
Esta detención, junto a los registros realizados el miércoles, es la primera acción contra Porsche en un caso que afecta al conjunto del grupo Volkswagen, propietario de esta marca de lujo desde finales del año 2015.
Volkswagen reconoció haber equipado a 11 millones de vehículos diésel con un programa que falseaba las pruebas anticontaminación y disimulaba emisiones que superaban hasta 40 veces las permitidas.