Los servicios secretos de Dinamarca cooperaron con Washington en aquel espionaje «amigo» a la canciller alemana, Angela Merkel, y otros políticos europeos, según informaciones coincidentes del diario alemán Süddeutsche Zeitung y las televisiones públicas NDR y WDR.
En contexto: era 2013 y Barack Obama estaba en la Casa Blanca. Varias investigaciones periodísticas sacaron a la luz las escuchas, a manos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense, de los teléfonos móviles de Merkel y de su entonces ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, actual presidente alemán. Se tiró del hilo y acabaron saliendo otras muchas, desde los 90, que afectaron también a otros líderes europeos, así como al Banco Central Europeo (BCE).
Según las nuevas revelaciones, Dinamarca estaba al corriente de esas actividades y cooperó con Estados Unidos para llevarlas a cabo. Es más: su cooperación con la NSA posibilitó no solo las escuchas al teléfono móvil de Merkel sino también a otros líderes de países nórdicos, como Suecia y Noruega. De confirmarse, comprometerían a los daneses en su doble condición de vecino de Alemania y socio de la Unión Europea (UE).
En 2013, el escándalo ya empañó las relaciones entre los dos grandes aliados transatlánticos, Berlín y Washington. Merkel expresó su malestar al entonces presidente, el demócrata Barack Obama, y tachó de «inaceptable espionaje entre amigos».