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Economía

Greenpeace insta a las marcas a revelar sus proveedores de aceite de palma

Greenpeace Internacional ha instado a ocho compañías a publicar el origen del aceite de palma que utilizan en sus productos, tras prometer estos de las productoras que deforestan los bosques en Malasia e Indonesia, los mayores productores de aceite de palma del mundo.

Greenpeace insta a las marcas a revelar sus proveedores de aceite de palma

Greenpeace Internacional ha instado a ocho compañías a publicar el origen del aceite de palma que utilizan en sus productos, después de que estas empresas se comprometieran a no contratar productoras que deforestan los bosques en Malasia e Indonesia, los mayores productores de aceite de palma del mundo, ha informado la ONG en un comunicado.

La ONG ha elaborado una lista con 16 marcas que se sirven del aceite de palma para la elaboración de cosméticos, alimentos y productos de higiene personal, y la mitad de ellas se han negado a revelar sus proveedores.

Entre las empresas que han evitado revelar información se encuentran Ferrero, Hershey, Kellogg’s, Kraft Heinz, Johnson & Johnson, PepsiCo, PZ Cussons y Smucker’s. Mientras que otras, como Mondeléz, Nestlé, Unilever o Mars, han accedido a citar las refinerías que están detrás de la cadena de producción.

Las empresas del Foro de Bienes de Consumo se comprometieron en 2010 a «limpiar» sus cadenas de producción para el año 2020 y en 2014 más de 50 de las mayores compañías volvieron a acordar, junto a varios Gobiernos, el fin de la deforestación para ese año.

«Las marcas han prometido repetidamente que acabarán con la deforestación en el aceite de palma en 2020. A falta de dos años, están muy lejos de lograrlo«, ha dicho el director de la campaña de bosques indonesios de Greenpeace, Kiki Taufik, en el comunicado.

En su informe ‘El momento de la verdad’, Greenpeace denuncia que el refinado de aceite de palma está dañando gravemente el ecosistema vegetal y animal. En concreto, cerca de 24 millones de hectáreas de selva tropical de Indonesia han sido destruidas entre 1990 y 2015, un área cuyo tamaño es equivalente al de Reino Unido, según el Ministerio de Medio Ambiente y Forestal indonesio.

Por otra parte, la vida de los tigres, elefantes, rinocerontes y orangutanes corre peligro a causa de la acción de la industria del aceite de palma en Sumatra, en Indonesia, y en Borneo. Entre 1999 y 2015 se ha reducido la población de los orangutanes en un 50%. A esta cuestión se suma la quema ilícita de los bosques, que provoca la muerte prematura de las personas.

El Parlamento Europeo aprobó en abril del año pasado una resolución no vinculante para establecer un sistema de certificación único que garantice que el aceite de palma que entra en la Unión Europea se produce de forma sostenible.

«No es sorprendente que la gente no conozca de donde vienen los productos. Por eso nosotros preguntamos a las empresas, para que la gente empiece a cambiar y preocuparse por esta cuestión«, dice a la ONG el director de la alianza de bosques forestales, Marco Albani, que asegura que su labor «está cambiando la forma en la que las empresas hacen negocios«.

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