Premio Fronteras para tres pioneros en detectar el aumento del nivel del mar por el cambio climático
La Fundación BBVA ha concedido el premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio Climático a la francesa Anny Cazenave, al australiano John Church y al británico Jonathan Gregory
La Fundación BBVA ha concedido el premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio Climático a la francesa Anny Cazenave, al australiano John Church y al británico Jonathan Gregory, por aportaciones que han permitido “detectar, entender y proyectar la respuesta del nivel del mar a escala global y regional al cambio climático debido a la acción humana”, se puede leer en el comunicado difundido por la fundación.
“El aumento del nivel del mar pone en peligro las áreas a baja altitud, con múltiples impactos sociales y ecológicos”, prosigue el acta. “Dados los muchos factores que intervienen, interpretar y proyectar los cambios en el nivel del mar constituye un desafío científico de enorme calibre”.
Pese a ser una de las consecuencias del cambio climático de mayor impacto –una subida de solo un metro, considerado probable, afectaría a cerca de cien millones de personas–, el aumento en el nivel del mar resultante es para la comunidad científica uno de los valores más difíciles de determinar. Esto se debe a la gran variabilidad natural que ha mostrado esta magnitud a lo largo de la historia de la Tierra. Hace 20.000 años –muy poco tiempo en la escala geológica– el nivel del mar era 120 metros inferior al actual, y en los últimos 5.000 años ha subido dos metros.
Identificar la huella del hombre en un rango tan amplio ha sido una labor de décadas, y hace solo dos años que uno de los galardonados, John Church, publicó en Nature la confirmación de que el factor más importante en el aumento del nivel del mar es hoy en día, y desde 1970, la acción humana. Solo ha sido posible llegar a esta conclusión obteniendo e integrando información de múltiples fuentes, y para ello ha sido esencial el trabajo de los tres galardonados, tanto de forma independiente como en colaboración y siempre complementaria.
Como afirma el acta, Cazenave, Church y Gregory “han sido pioneros en la integración de las observaciones de satélite con las medidas in situ y las innovaciones en modelos numéricos, para lograr una descripción precisa y consistente del cambio en el nivel del mar a escala global (…) Sus hallazgos han sido instrumentales a la hora de poner a prueba nuestra comprensión del funcionamiento del sistema Tierra y formular proyecciones mejor consolidadas”.
Cazenave es directora de Ciencias de la Tierra en el Instituto Internacional de Ciencias Espaciales, en Berna (Suiza), y es científica emérita en el Laboratorio de Estudios de Geofísica y Oceanografía Espacial de la agencia espacial francesa, CNES. Church es catedrático de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sidney (Australia). Gregory es catedrático del Departamento de Meteorología la Universidad de Reading (Reino Unido), y científico sénior del Centro Nacional de Ciencia Atmosférica.
Aumento acelerado
Además de identificar el efecto antropogénico en el aumento del nivel del mar, el trabajo de los galardonados ha descubierto que el ritmo al que se produce este incremento se está acelerando. “Tomada en conjunto, su investigación demuestra la aceleración reciente del aumento en el nivel del mar a escala global, y cuantifica las aportaciones relativas de las diferentes causas del aumento, principalmente la expansión térmica del océano y el deshielo de los casquetes polares y de los glaciares, provocados por el calentamiento global antropogénico”, señala el acta.
Se ha consensuado que desde comienzos de los años noventa el nivel del mar aumenta a un ritmo de tres milímetros al año, lo que supone una subida media de ocho centímetros en los últimos 25 años. Es un ritmo rápido. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), de 2014, afirma que “el ritmo de aumento del nivel del mar desde mediados del siglo XIX ha sido mayor que el ritmo medio en los pasados dos milenios”. A esto hay que sumar que las observaciones revelan una aceleración durante el siglo XX que con toda probabilidad continuará en el futuro.