Una sentencia equipara los salarios entre las envasadoras y los mozos de almacén de una empresa almeriense
La sentencia reconoce que el trabajo de la envasadora es tan importante como el del mozo
Un juzgado de Almería ha dictaminado que «no existe razón objetiva que justifique la diferencia retributiva entre mozos y envasadoras» ya que tienen funciones «de igual valor», y por ello ha condenado a una empresa del sector del manipulado de alimentos a equiparar los salarios entre hombres y mujeres.
Se trata de una sentencia de la que ha informado este lunes el sindicato CSIF en una rueda de prensa en la que Rocío Viciana, la delegada del sindicato en la envasadora Acrena, ha ofrecido detalles de la resolución.
Una resolución de noviembre de 2018, que condenó a esta empresa que ha respetado siempre el resto de derechos de los trabajadores, según Viciana, aunque no hace dos años en el ámbito de la equiparación salarial. Por ello, el sindicato planteó una denuncia colectiva de sus trabajadoras, en total 350.
CSIF ha ganado la sentencia, calificada como «histórica» por el sindicato, ya que podría afectar a las más de 26.000 mujeres de la provincia de Almería que trabajan en el manipulado.
La sentencia reconoce que el trabajo de la envasadora es tan importante como el del mozo y a día de hoy en esa empresa existe la equiparación salarial, pero CSIF espera que se amplíe a todas las empresas del manipulado a través del futuro convenio provincial que están negociando ahora los sindicatos CCOO y UGT.
La resolución se fundamenta, entre otros, en un informe de la Inspección de Trabajo que da la razón al sindicato y que sostiene que «resulta difícil afirmar que el valor del trabajo desarrollado por los mozos sea superior al prestado por las envasadoras», y «trabajoso admitir que, con independencia de esa diferencia por sexos en uno y otro grupo, exista una razón objetiva que justifique la diferencia retributiva aplicada».
Esta sentencia aún no es firme, pero si el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía la confirma supondría, según CSIF, «un revulsivo crucial para el sector del manipulado y el posicionamiento de la mujer en el puesto que le corresponde en todo el proceso de la comercialización de hortalizas y frutas».
Según Viciana, la sociedad ha ido cambiando y con ello la forma de trabajar: «la maquinaria se ha ido añadiendo y ahora no es tanto el esfuerzo físico del mozo«, apunta.
Además, a su juicio, se ha dado la vuelta a la tortilla porque la mujer, la envasadora, «sufre un esfuerzo psicológico porque tiene que llevar la producción, la productividad, el número de cajas, y eso no lo vive el mozo, que se encuentra con una caja ya hecha y la pone en un palé”.