El PIB real de las principales economías desarrolladas podría ser entre un 2% y un 5% menor en 2030 en comparación con el nivel al que podría haber llegado en un escenario sin pandemia de COVID-19[contexto id=»460724″], de acuerdo con las estimaciones publicadas este lunes por IHS Markit.
Lo más importante: según la consultora y proveedora de información económica, las crisis no solo provocan recesiones a corto o medio plazo, sino que también pueden causar daños a largo plazo que lastran su avance.
En el ámbito laboral, IHS Markit augura daños a largo plazo en el sector de los viajes y el entretenimiento, que afectarán sobre todo a los trabajadores menos formados. Por el contrario, considera que la extensión del teletrabajo permitirá que sigan activos los progenitores que hasta ahora solían abandonar el trabajo para cuidar de los hijos.
También vaticina daños en la inversión empresarial, al elevarse los niveles de deuda de las empresas y también las quiebras, si bien cree que la pandemia podría tener como efecto positivo una mayor inversión en robótica para sustituir mano de obra por capital.
La productividad se verá lastrada por la ruptura de las cadenas de suministro mundiales y la fuerte desaceleración de la globalización, lo que afectará en mayor medida a la industria manufacturera, aunque la tendencia de aceleración de la digitalización podría mejorarla a más largo plazo.
IHS Markit publica también previsiones según las cuales, después de una contracción del 5,1% en 2020, el PIB real mundial se expandirá un 3,5% anual de media de 2021 a 2025, un 2,8% hasta 2030 y un 2,6% hasta 2040.
De la crisis financiera mundial de 2008 recuerda que dañó la productividad, el mercado laboral y la inversión fija empresarial durante la década de 2010, lo que provocó que el nivel de PIB real en 2019 fueran entre un 5 y un 8% menor en comparación a las proyecciones que se hicieron antes de la recesión.