Casi 300 millones de euros, esa es la cifra estimada de pérdidas que supuso cada semana de confinamiento para el sector de la moda.
Uno de los grandes afectados tras la crisis del COVID-19 es el sector textil. La paralización de la producción y las ventas, el cierre de los comercios, la cancelación de los pedidos online o la necesidad generalizada de la sociedad por empezar a ahorrar en vista de lo que se nos viene encima han ocasionado trascendentales problemas económicos a la moda de nuestro país.
Este sector abarca un importante porcentaje del mercado laboral. En concreto, un 4,1% de la población en España se dedica al negocio de la moda o está relacionado con ella: la producción de textiles, la confección de ropa, la comercialización de dichas prendas, además de los intermediarios para que esto se pueda llevar a cabo como, por ejemplo, la logística. Este negocio está considerado un importante estimulador económico en nuestro país. La moda genera 6.000.000 de euros en impuestos, 3.700.000 en IVA y en España supone el 2,8% del PIB.
Datos sin glamour para las firmas españolas
La crisis del coronavirus reducirá los ingresos en el sector textil un 40% en 2020. Con miles de negocios cerrados y empresas paralizadas durante el encierro, las ganancias se han visto enormemente reducidas. Cada semana de confinamiento supuso un extravío de entre 250 y 300 millones de euros en el sector del estilo. Un impacto que ha tenido unas consecuencias inmediatas que ponen en duda una recuperación económica a dos años vista. En el peor de los escenarios esto podría suponer la desaparición de un cuarto tejido empresarial.
Las empresas y autónomos que han conseguido mantenerse con la pandemia, han tenido que seguir haciendo frente a muchos gastos: los salarios de la plantilla, los alquileres de los locales, el inventario, el pago de impuestos o la cuota de autónomos, etc. Todo ello representaría más del 50% de la facturación. Estas empresas supervivientes luchan cada día por mitigar sus problemas de liquidez.
Iniciativas de reestructuración y comercio online
Ya hay muchas firmas que han anunciado la reducción de personal y la digitalización del negocio para disminuir los costes. Por ejemplo, la conocida firma estadounidense Ralph Lauren ha informado de un recorte de hasta el 15% de su plantilla. Los directivos de esta empresa han reducido su salario y el mismo Ralph Lauren ha renunciado a su sueldo completo para mostrar su apoyo a los trabajadores.
Con medidas como estas surgen algunas incógnitas sobre el futuro de las grandes y pequeñas firmas españolas: ¿tendrán que adaptarse los pequeños comercios y las tiendas de barrio al comercio online? ¿Se dejará de invertir en personal para tiendas físicas?
En este sentido, cabe señalar que durante el confinamiento un 45% de la población ha empezado a comprar a través de la red. Empresas como El Corte Inglés multiplicaron por cinco sus ventas online durante la cuarentena y actualmente internet se ha convertido en la tienda con más facturación de la gran compañía de distribución española. Por otro lado, otra evidencia del impacto del comercio electrónico es la empresa gallega Inditex, que ha decidido invertir 2.700 millones de euros durante los próximos tres años para duplicar el peso de la venta online.
Planteando su futuro a medio y largo plazo, y asumiendo que el modelo de compra está cambiando, que el comercio digital ha venido para quedarse y que los hábitos del consumidor también se van a modificar, el sector textil deberá adaptarse a las circunstancias para persistir.
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