Bares, discotecas, tablaos flamencos y salas de conciertos se sienten maltratados por el Gobierno central y luchan por salir a flote en los que podrían ser sus últimos días de vida
Es bien sabido que España es el país con más bares por habitantes del mundo. O lo era. Porque, después de la pandemia, que ha venido para quedarse, muchos se han visto forzados a bajar la persiana.
Mesas vacías, barras desiertas y cientos de locales que no desprenderán este invierno olor a café caliente un lunes por la mañana. Una triste realidad con la que nos hemos visto obligados a convivir. Los propietarios y trabajadores han sido los más perjudicados ante esta situación que ha dejado al sector de la restauración temblando.
Dentro del sector, los locales de ocio nocturno han estado en el punto de mira desde el inicio de la ya comúnmente llamada “nueva normalidad”. Los empresarios aseguran que muchos negocios han tenido que echar el cierre tras no recibir apenas ayudas. Del sector dependen más de 300.000 trabajadores (directos e indirectos) y cuenta con unas pérdidas de unos 10.000 millones de euros.
Los datos oficiales (con los que cuenta la Federación de Empresarios de Ocio y Espectáculos España de Noche) cifran las pérdidas de los bares de copas entre los 5.000 y los 25.000 euros al mes. En el caso de los grandes espacios, esta cifra asciende hasta los 100.000 euros. También sufren daños sangrantes las cuentas de los locales de conciertos, que han visto cerrar salas emblemáticas que probablemente nunca más volverán a acoger a artistas.
Las previsiones de la organización empresarial Spain Nightlife estiman que, bajo las condiciones actuales, hasta un 80% de los negocios no llegarán a 2021. También, que el 23% ya ha cesado su actividad y que dentro de tres meses la cifra podría alcanzar ya el 70%.
Un sector que se siente humillado y maltratado por las políticas tomadas desde el Gobierno central y que quiere diferenciarse de las fiestas y de los botellones ilegales. El ocio nocturno profesional ha trabajado muy duro para adaptar sus espacios y sus negocios a los nuevos tiempos de pandemia y no se ha visto nada recompensado.
Los profesionales piden un plan de rescate para reflotar el sector, que se encuentra en un punto muy crítico y en el que reina la incertidumbre.