Las pérdidas ocasionadas al sector de la música en vivo en España, a consecuencia del parón provocado por el COVID-19 podrían superar los 1.200 millones de euros cuando se cumpla un año de la llegada de la pandemia a España, según estiman los que se dedican a este sector.
En Cataluña, la actividad musical cae un 75%, este sector considera que las nuevas medidas anunciadas por el Gobierno catalán este jueves para contener la pandemia son «un desastre» que vienen a agravar la situación de un ámbito cultural «que estaba herido de muerte y ahora agoniza».
El Gobierno ha decretado la suspensión de las actividades musicales, ya sean al aire libre o en espacios cerrados, a partir de mañana y durante 15 días para atajar la propagación descontrolada de la epidemia.
«Es un jarro de agua fría» para «un tejido empresarial ya muy débil», que tuvo que frenar en seco su actividad en el primer estado de alarma y en muchos casos no ha podido retomar su actividad, señala el codirector de The Project Tito Ramoneda. Esta empresa es la organizadora del Festival de Jazz de Barcelona, que ayer se inauguró con el concierto de María José Llergo y que tenía varios espectáculos previstos para las dos próximas semanas que tendrán que ser cancelados.
En Madrid, por su parte, la directora del WiZink Center, Paz Aparicio, ha destacado que el sector se encuentra en una situación de “incertidumbre tremenda” y ha considerado que los festivales y conciertos en grandes recintos serán “los últimos, pero con bastante diferencia” en volver a la situación existente antes de la pandemia.
Ha señalado que tras el desconfinamiento, el WiZink Center ha acogido conciertos en los que han intentado “no perder demasiado dinero” y “hacer el máximo ruido posible” porque los grandes recintos tienen “una responsabilidad con el mundo del ocio” para “tirar del carro”.
Para Aparicio, “es imposible hacer cálculos económicos ni de ningún tipo” por las restricciones de aforos, que varían de una comunidad autónoma a otra, en un momento en el que el mayor problema es no tener “ni idea” de cuándo volverán a celebrarse grandes conciertos.
También ha destacado las dificultades en la gestión del calendario de conciertos con retrasos y “cuatro o cinco giras” que han pasado al año 2022 y se ha preguntado “si la gente va a tener dinero suficiente para a asistir a todo” cuando regresen los grandes conciertos porque coincidirán las giras de artistas importantes.
Aunque el público parecía responder bien a las medidas sanitarias en los eventos musicales, parece que para este sector cultural aun no ha llegado la nueva normalidad.