El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la economía de China se desmarque de la tendencia a la contracción que la covid-19 ha provocado a nivel mundial, con un crecimiento del 1,9 % este año y del 8,2 % en 2021.
Estos pronósticos suponen la última actualización por parte del organismo tras una ronda de consultas virtual en la que el jefe de misión para China, Helge Berger, y el primer subdirector gerente del FMI, Geoffrey Okamoto, mantuvieron encuentros con el gobernador del banco central chino y con los jefes de los reguladores del mercado de valores y del sector de bancos y aseguradoras.
A pesar de estas perspectivas positivas, Okamoto advirtió de que el crecimiento sigue siendo «desequilibrado» al depender excesivamente de la Administración mientras el consumo privado «se rezaga». Asimismo, el subdirector gerente recordó que la economía china todavía sigue expuesta a «crecientes vulnerabilidades financieras» y a un «entorno exterior cada vez más complejo».
El FMI prevé que la inflación básica -indicador que excluye productos de precios más volátiles como alimentos o energía- continúe «apagada», lo que hará que el índice de precios al consumidor, el principal indicador de la inflación minorista, no supere en 2021 el límite del 3 % marcado por Pekín antes de la crisis del nuevo coronavirus.
«China puede ayudar a la Comunidad Internacional»
Okamoto exhortó al Gobierno chino a seguir «modernizando» sus políticas monetarias, a apoyar a los grupos de población más vulnerables y a reforzar los marcos reguladores en el sistema financiero para reducir los riesgos, así como a profundizar en la reforma de las empresas estatales para que no tengan ventajas sobre las privadas y a abrir los mercados domésticos a firmas foráneas.
Sobre el papel del país en la crisis mundial de la covid-19, el directivo del FMI recordó que «China puede ayudar a la comunidad internacional a superar muchos de los principales desafíos a los que se enfrenta la economía global».
Como ejemplos para ello, citó el acceso a las posibles vacunas contra el coronavirus, el alivio de la deuda a los países pobres, la financiación sostenible para la inversión mundial en infraestructura y la lucha contra el cambio climático.
Según los datos oficiales, el PIB de China creció un 4,9 % interanual en el tercer trimestre, lo que supuso una vuelta a cifras positivas en el acumulado del año hasta septiembre (+0,7 %) después de desplomarse un 6,8 % en el primer trimestre de 2020 y de avanzar un 3,2 % en el segundo.