La economía española vuelve a caer en el cuarto trimestre por las nuevas restricciones del COVID-19. España se convierte de esta manera en el país con mayor déficit de Europa
Argentina, España y Grecia son los principales perjudicados que sufren la mayor recesión en 2020. Argentina con una caída prevista del 12,9% de su PIB, España con una caída del 11,6% y Grecia del 10,1%, así lo indicó este martes la OCDE, que precisó además que Argentina será el mayor perjudicado de todos los países comparados en su informe semestral de perspectivas.
La economía española, que va a volver a caer en el cuarto trimestre por las nuevas restricciones por el COVID-19, sufrirá en 2020 la mayor recesión de todos los países de la OCDE, con un hundimiento del 11,6 % de su producto interior bruto (PIB) que no se podrá recuperar en los dos años siguientes.
En su informe semestral de perspectivas publicado este martes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se muestra algo más pesimista que el Gobierno, que espera un retroceso del 11,2 % este año.
Pero, sobre todo, es menos optimista para 2021, cuando anticipa una subida del 5 % (en lugar del 7,2 % anticipado por el Ejecutivo) y estima que en 2022 la progresión será del 4 %.
La organización, que en su anterior estudio de junio había contemplado dos escenarios para este año en España, uno con un descenso del PIB del 11,4 % y un segundo con un bajón del 14,4 % en caso de que se produjera una segunda ola epidémica, constata ahora los fuertes rebrotes que se han producido en otoño, que han obligado a nuevas restricciones.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea han dibujado un panorama todavía más negro este año, con una recesión que llegaría al 12,8 y al 12,4 %, respectivamente.
Entre los países miembros de la OCDE los descensos más pronunciados en 2020 junto al de España serán los del Reino Unido (-11,2 %), Grecia (-10,1 %), Francia (-9,1 %), Italia (-9,1 %). La zona euro en conjunto verá disminuida su actividad en un 7,5 %, mucho más que en Estados Unidos (-3,7 %) por no hablar de Corea del Sur (-1,1 %).
España tardará en recuperarse más de dos años
Cuando termine 2021, el PIB español seguirá siendo casi un 6 % inferior al que había antes del estallido de la crisis del coronavirus (solo Portugal, Islandia, Reino Unido y Grecia estarán peor) y un año después seguirá por debajo.
El despegue del consumo privado y de la inversión, ayudados por una contribución positiva del comercio exterior en esos dos años quedará limitado por una recuperación del mercado laboral incompleta.
La tasa de paro va a incrementarse hasta el 15,8 % de la población activa este año (tras el 14,1 % en 2019) y todavía más hasta el 17,4 % en 2021 antes de empezar a bajar muy moderadamente al 16,9 % en 2022.
En cuanto al déficit público, este año se disparará hasta el 11,7 % del PIB, y empezará a bajar lentamente en los dos próximos ejercicios (al 9 % y al 6,6 %). La consecuencia directa será el tirón de la deuda pública, que pasará del 95,5 % del PIB en 2019 al 117,3 % en 2020. Y seguirá aumentando en 2021 (120,5 % del PIB) y en 2022 (122,4 %).
Las ayudas públicas anticrisis deben continuar
En ese contexto, la OCDE insiste en que tienen que continuar las medidas de apoyo de los afectados por las nuevas restricciones y al mismo tiempo se debe promover la formación para las personas que se encuentran en ERTE.
Se trata de mejorar sus oportunidades para encontrar trabajos en sectores prometedores. Y a eso tienen que contribuir los servicios públicos de empleo con una asistencia individualizada.
Para el conocido como el «Club de los países desarrollados», España debe aplicar las reformas estructurales previas para corregir la fragmentación interna del mercado y disminuir las barreras al crecimiento de la productividad.
También tiene que incrementar la coordinación y la evaluación de las políticas autonómicas y estatales de innovación para elevar su calidad. Y eso puede contribuir a mejorar la estructura de la actividad económica con la adopción de tecnologías digitales y retirando las barreras a la expansión de las empresas.
La OCDE señala que la inversión durante la recuperación en energías renovables, en eficiencia energética y en transporte sostenible ayudarán no solo a la transición ecológica, sino también a la creación de empleo.