El BCE estima que el Gobierno apenas destinó un 1,3% del PIB en subsidios a empresas y familias, cuando la media europea se situó por encima del 4%
Las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus se han hecho notar con especial crudeza en el aumento del paro (que en enero volvió a subir), en el número de trabajadores en ERTE y en las decenas de miles de empresas que han quebrado. Es por eso que desde hace ya muchos meses el sector reclama desesperadamente al Gobierno que ponga en marcha un programa de ayudas a los negocios en crisis.
Pues bien, el compromiso del Ejecutivo con las compañías y autónomos en dificultad ya puede cuantificarse en cifras concretas. Y España no sale bien parada. Según un informe del Banco Central Europeo (BCE), basado en datos ofrecidos por los países a la Comisión Europea, España se sitúa a la cola de la zona euro en ayudas y estímulos fiscales a las empresas. El Gobierno gastó solo un 1,3% del PIB en este propósito, por el 4% de la media de la zona euro. El Ministerio de Economía, no obstante, contradice al BCE y sostiene que se gastó un 5,5%.
La gran causa del desencuentro entre el Gobierno y el Banco Central viene a cuenta de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). El BCE no los computa para su informe por no suponer un impacto presupuestario directo. Economía defiende, sin embargo, que los 40.000 millones destinados a estos subsidios se pueden equiparar a una transferencia a los hogares. Con todo, donde nuestro país queda seriamente por detrás en términos comparativos es en la inyección de ayudas a fondo perdido en los sectores más castigados. En ese capítulo, por ejemplo, Alemania ha subvencionado a empresas por valor del 75% de su facturación con respecto al año anterior a la pandemia, una cifra a años luz de la española.