La factura de la luz de abril será la más cara en lo que va de año, impulsada por los máximos históricos que están registrando los derechos de emisiones de CO2. La factura rondará los 62€ para un consumidor medio, es decir, un 12,3% más cara que en marzo e incluso seis céntimos superior a la de enero, cuando los precios subieron con fuerza por el paso del temporal Filomena y el encarecimiento del gas.
¿A qué se debe?: por una parte, al encarecimiento del gas por la demanda asiática y las bajas temperaturas, pero, sobre todo, por los altos precios que han alcanzado los derechos de emisiones de CO2, uno de los mecanismos de la Unión Europea (UE) para lograr la neutralidad de emisiones en 2050.
El simulador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) entiende por «consumidor medio» aquel con una potencia contratada de 4,4 kilotavios y un consumo anual de 3.000 kilovatios hora (250 Kwh al mes), acogido a la tarifa regulada o PVPC.
La factura de abril está entre las más caras de los últimos años para este mes. En 2019 fue de 56,56 euros y en 2018 de 54,66 euros.
Como decíamos, el encarecimiento responde, por una parte, a la subida de los precios en el mercado mayorista, donde los generadores presentan sus ofertas de venta de energía para cada hora del día siguiente, y las comercializadoras de luz y grandes consumidores las suyas de compra. Este abril el precio medio en el mercado mayorista ha sido de 65,02 euros el megavatio hora (MWh), casi 5 euros más que el récord de 60,17 registrado en enero pasado, coincidiendo con Filomena y un fuerte repunte de la demanda asiática de gas (utilizado por los ciclos combinados para generar energía).
¿Qué sucede con los derechos de emisiones?
Los derechos de emisiones de CO2, uno de los mecanismos de la Unión Europea (UE) para lograr la neutralidad de emisiones en 2050. Su función es limitar las emisiones de centrales eléctricas, plantas industriales y compañías aéreas europeas. Cada año, a finales de abril, las empresas deben entregar suficientes derechos para cubrir todas sus emisiones del año anterior (un derecho de emisión de carbono por cada tonelada de CO2 emitida).
Las empresas reciben o compran derechos de emisión con los que pueden comerciar entre sí en función de sus necesidades y también pueden adquirir cantidades limitadas de créditos internacionales procedentes de proyectos de reducción de emisiones de todo el mundo.
Esos derechos alcanzaron el jueves 47,91 euros/tonelada y de media este abril se sitúan en 45,03, mientras que en lo que va de año la media es de 39,29, según SendeCO2 (Sistema Europeo de Negociación de CO2), empresa dedicada a su compraventa. Estos precios contrastan, por ejemplo, con los que había hace un año, cuando en pleno confinamiento, en España el precio rondaba los 15 euros/tonelada.
La consultora especializada en cambio climático y mercados de carbono Factor Ideas for Change considera que, detrás de las enormes subidas del CO2, está el aumento del interés de especuladores, tras la publicación de varios artículos de fondos de inversión que apuestan por un precio mayor del CO2 a corto plazo, y al incremento de la demanda de derechos en la industria.
Además, la Comisión Europea presentará este verano reformas del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la UE para adaptar el mercado a sus nuevos objetivos climáticos para 2030 y 2050 que podrían tener un efecto alcista a medio plazo en el precio del carbono.