El régimen chavista de Nicolás Maduro ha aumentado el salario mínimo legal en casi un 300%, lo que supone dos euros al mes, una cifra irrisoria que alcanza para comprar dos kilos de harina de maíz o tres barras de pan.
Lo más importante: además, el Gobierno de Maduro ha elevado el valor de los bonos de alimentación, una especie de recompensa alimenticia, a tres millones de bolívares, equivalente a 0,88 euros al mes. Con lo cual, el ingreso mínimo integral total de los trabajadores, que se obtiene de sumar ambas cifras, llega a 10 millones de bolívares por mes, 10 céntimos por día.
«Entra en vigencia un incremento del salario mínimo a siete millones de bolívares», proclamó el ministro del Trabajo, Eduardo Piñate, con voz triunfal ante una concentración de seguidores del chavismo en acto con motivo del 1 de Mayo en el centro de Caracas.
Con la clase obrera en la vanguardia productiva del país y de la construcción del socialismo bolivariano. ¡Viva el 1 de mayo! ¡Vivan l@s trqbajador@s! ¡ Viva el socialismo! pic.twitter.com/mQMyMH9QCL
— eduardo piñate (@eduardopiate2) May 1, 2021
Eso significa que esos dos euros por mes serán todo lo que perciban unos dos millones de jubilados. Además, entre los trabajadores al servicio del Estado, son los profesores, maestros, médicos, porteros, policías y militares de bajo rango los que también perciben ese salario.
En esta situación, hay que recordar que la canasta básica de alimentos para sustentar en un mes a una familia de cinco miembros costó en marzo 267 euros, según informes del Cendas, un centro de pesquisa vinculado al Magisterio, gremio de los maestros.
Además, en la hiperinflacionaria Venezuela, los trabajadores asalariados formales ganan mucho menos que los informales. De este de modo, cualquier empleado fijo necesita buscar dos y tres fuentes adicionales de ingreso para apenas comprar la comida básica.