La Casa Blanca ha enviado este viernes al Congreso de Estados Unidos su propuesta de presupuesto nacional, valorado en 6 billones de dólares, que llevará el gasto federal a su nivel más elevado desde la Segunda Guerra Mundial. Para que salga adelante, tendrá que superar la barrera de los republicanos (y algunos demócratas) en el Congreso.
Los detalles: el plan incluye tres importantes propuestas de gasto ya anunciadas por Biden: el Plan de Empleo Estadounidense, de 2,3 billones de dólares; el Plan de las Familias Estadounidenses, de 1,8 billones; y 1,5 billones destinados a gastos discrecionales para el año fiscal 2022.
La primera (y elevada) solicitud presupuestaria de la era Biden tiene como objetivo, según el presidente, reconstruir la economía del país impulsando «a los trabajadores, las familias y las empresas» mediante el aumento de impuestos a las clases altas y las grandes corporaciones, según la oficina presidencial.
En el documento, la Casa Blanca insiste que este presupuesto «aumentará la prosperidad económica durante la próxima década» de las familias de los estadounidenses de a pie, mediante un plan de subida de salarios y aumento de contrataciones.
El presidente también ha propuesto aumentar la partida a aumentar la partida a 8,2 billones para 2031. El gasto público contemplado en el presupuesto, cuyo contenido adelantó el New York Times, disparará el déficit presupuestario por encima de los 1,3 billones de dólares en la próxima década.
Según datos oficiales, EEUU. tuvo un déficit de 3,1 billones de dólares en el año fiscal 2020 y ya ha acumulado más de 1,9 billones en los primeros siete meses del año fiscal 2021. Asimismo, el déficit relativo al producto interno bruto (PIB) del país se disparó a casi el 15% en 2020, el nivel más alto desde 1945.