El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha corregido 1,7 puntos a la baja el dato avanzado de crecimiento de la economía española para el segundo trimestre, que queda así en un repunte del 1,1% con respecto al primero.
Lo más importante: la Contabilidad Nacional Trimestral publicada este jueves revela que la economía española creció en el segundo trimestre, frente a la contracción del 0,6 % del primer trimestre, aunque de forma mucho más moderada de lo que se había apuntado en el avance de julio.
De hecho, el INE ha revisado los datos intertrimestrales de PIB de toda la pandemia[contexto id=»460724″]: en el segundo trimestre de 2020 -la economía se contrajo un 17,7%, una décima menos de lo adelantado-; en el tercero hubo un crecimiento del 16,8%, tres décimas menos; y en el cuarto, un crecimiento del 0,2%, frente al estancamiento, así como el primer trimestre de este año – una contracción del 0,6%, dos décimas más intensa-.
Estas modificaciones son el resultado de la revisión de las series desde el primer trimestre de 2018, explica el INE, así como de los modelos de ajuste estacional y de calendario. Además, añade que el desvío de los datos del segundo trimestre con respecto al avance están relacionados con la inclusión de información estadística empresarial, que ha afectado a las estimaciones de la actividad de servicios y manufacturas y al consumo de los hogares.
En el segundo trimestre el empleo aumentó un 4% en términos de horas trabajadas -cuatro décimas menos de lo adelantado-, mientras que permaneció estancado en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo.
El crecimiento del segundo trimestre procedió en su totalidad de la demanda nacional, que aportó 2,1 puntos al crecimiento -1,5 puntos menos de lo adelantado-, mientras que la demanda externa restó un punto. Esto es así por que entre abril y junio el gasto de los hogares aumentó con fuerza, un 4,7%, aunque mucho menos de lo estimado inicialmente (6,6%), mientras que el gasto de las administraciones públicas repuntó un 0,9%.
También la inversión tuvo un comportamiento peor de lo adelantado, ya que cayó un 3,1% -en lugar de un 1,5%-, lastrada por el descenso de la inversión empresarial, del 4,3%, y en vivienda, que se redujo un 1,5%.
Por lo que respecta a la demanda externa, aunque su aportación al PIB fue negativa, en el segundo trimestre crecieron tanto las exportaciones (un 0,9%) como las importaciones (un 4,2%).
Por el lado de la oferta, los servicios fueron la única actividad en crecimiento, aunque también fue menos intenso de lo estimado -repuntó un 1,4%, dos puntos menos de lo adelantado- debido al desvío en sectores como el comercio, uno de los más afectados por la pandemia de la COVID-19.
Tras esta noticia, el Ministerio de Economía ha señalado en un comunicado que, pese a esta revisión a la baja del crecimiento, «la evolución de los indicadores confirma que la economía se está recuperando desde marzo y evolucionando positivamente».