El Sabadell ha decidido duplicar la base de depósitos y cuentas por las que cobra a sus clientes por tener inmovilizado su dinero ante el alargado escenario de tipos de interés en negativo. El banco casi ha duplicado este saldo, de los 7.000 a los 12.000 millones de euros, una cantidad a la que aplica una especie de comisión del 0,4% de media. De esta manera, según los datos recogidos por THE OBJECTIVE, cerca del 11% de las imposiciones de usuarios que la entidad tiene en balance están penalizadas con un coste. Eso sí, este castigo no afecta a los particulares, ya que el coste solo lo tienen que asumir las empresas, tanto grandes como pymes, y los autónomos.
Desde 2016, cuando el Euribor entró en terreno negativo, el sector viene exigiendo a sus clientes, principalmente mayoristas, por sus excesos de liquidez para compensar el tipo que les aplica el BCE por llevar a los fondos a su ventanilla y no poder utilizarlos para dar créditos ante la falta de demanda solvente. En un principio comenzaron a penalizar a grandes instituciones, entre ellas fondos de inversión y aseguradoras, pero a lo largo del tiempo fueron incorporando esta política a otras empresas, cada vez más pequeñas y, algunas entidades (ING, BBVA y Caja de Ingenieros) ya han incluido a particulares con depósitos elevados.
El consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, descartó el jueves en la presentación de resultados que el Sabadell fuera a fijar un tipo de interés negativo a los depósitos de los clientes minoristas, una práctica que se está extendiendo en Europa por la coyuntura monetaria existente. «No tenemos planes en este sentido», ha señalado el primer ejecutivo del grupo de origen catalán, quien ha añadido que el cobro a empresas y autónomos no es generalizado y no se establece desde el primer euro inmovilizado.
Vinculación
El Sabadell, como el resto de entidades, aplica este castigo a los clientes en función de su vinculación y del tiempo que mantienen determinados saldos en la cuenta sin gastarse o sin ser invertidos, con el fin no solo de compensar las tasas del BCE sino también de que transfieran dichos recursos a fondos. La base de 12.000 millones representa más de una quinta parte del volumen de imposiciones que tienen sus clientes institucionales en nuestro país, según los datos aportados por fuentes de la entidad, que podría ingresar hasta 48 millones por este concepto en el año en función del tiempo que se mantengan estos saldos.
En la actualidad, el sector cobra en torno a un 0,26% a las empresas por su liquidez, aunque en en junio y julio, de manera puntual, llegó a pagar intereses, una política habitual a lo largo de la historia que se truncó en la salida de la recuperación de la pasada crisis financiera, debido a las medidas expansivas del BCE para incentivar la economía. En el pasado, los bancos llegaron a remunerar hasta un 4 y un 5% por estos productos, aunque entonces el precio del dinero era otro y el Euribor estaba en positivo.
Euribor en negativo
Las entidades no esperan que este indicador se mueva de los niveles actuales en el corto plazo a pesar de la escalada de la inflación. Así, ni el Sabadell ni el Santander manejan otro escenario hasta 2023, cuando podría empezar a repuntar algo. El mercado descuenta que en tres años podría llegar a niveles positivos, algo que los bancos ansían porque supondría un aumento de los ingresos por los préstamos. Hay que tener en cuenta que el 90% de las hipotecas están contratadas a tasas variables pese a que en los últimos ejercicios ha habido un aumento de los tipos fijos en las nuevas operaciones para la adquisición de una vivienda.
El Euribor bajo cero ha lastrado al sector financiero, que ha visto cómo su rentabilidad ha caído a niveles nunca vistos e insuficientes para las exigencias de los inversores. Unos requerimientos que, además, han ido subiendo con el tiempo y que a día de hoy se encuentran en el 10%. Los retornos que ofrece el sistema han mejorado, pero aún se colocan entre el 6 y el 7%. Solo Santander y BBVA han conseguido hasta la fecha ser rentables gracias al tirón de mercados, como Estados Unidos y México.