Todas las fusiones entre entidades conllevan, de manera general, una pérdida de clientes. CaixaBank no iba a ser una excepción. Desde que absorbió Bankia, a finales de marzo de este año, ha visto salir a unos 200.000 usuarios a los que ofrece productos y servicios, según sus propios datos recogidos por THE OBJECTIVE. El banco de origen catalán, que es líder en nuestro país, cuenta en la actualidad con 18,9 millones de clientes en territorio nacional, frente a los 19,1 millones con los que partió tras la integración. Por tanto, un 1% ha dejado su operativa con el grupo.
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, quita hierro al asunto y considera que esta evolución va en sintonía a la del resto del mercado. Además, achaca el descenso a la política que el conjunto del sistema está implementando en estos momentos -y que la propia entidad sigue- de retener a los clientes más rentables, que tienen distintos productos contratados, y de desvincular a aquellos que apenas cuentan con uno a través de unas mayores comisiones, por lo que es «lógico que haya un decremento de estos últimos».
La pérdida de clientela se produce antes de que la entidad haya realizado la integración tecnológica, prevista para mediados de noviembre, y de haber homogeneizado las condiciones de los cerca de siete millones de usuarios procedentes de Bankia. Esto conllevará previsiblemente que, entre otros factores, los clientes con menos vinculación vayan a tener que abonar una comisión de 240 euros por tener una cuenta, frente a los 168 euros que vienen pagando a la extinta entidad nacionalizada. Además se espera el cierre de sucursales planteado.
Este verano, después de la unificación de la marca, ha sufrido el malestar de clientes de Bankia que acudían a las sucursales de CaixaBank y, después de esperar la cola, no podían hacer ningún tipo de transacción al no estar, precisamente, todavía finalizada la fusión tecnológica, teniendo que desplazarse a otra oficina, sin tener claro nada.
Oportunidad para los rivales
Algunos bancos han aprovechado la fusión para lanzar campañas de captación de clientes y aprovechar así la oportunidad que genera esta operación, ya que supone un gran caladero en el que pescar. El caso más llamativo es el de Bankinter, que lanzó hace meses una publicidad en el que hacia referencia explícita a esta operación. Otras, como Santander y BBVA, han manifestado abiertamente que están aumentando su base de usuarios. BBVA así ha informado que ha captado 535.000 a lo largo de 2021, gracias al empuje de la digitalización.
La absorción de Bankia por parte de CaixaBank ha supuesto la creación de un nuevo campeón nacional de las finanzas, con cuotas de mercado medias del 25%. El objetivo, siempre declarado por Gortázar, es ofrecer el mejor servicio para que la satisfacción de los clientes para poder elevar la rentabilidad del negocio.
ERE y cierre de sucursales
La entidad, para mejorar los retornos del capital, ha acordado con los sindicatos un ERE para 6.452 trabajadores, que comenzará a ejecutarse la próxima semana, con la salida voluntaria de los primeros 1.200 empleados. Otras 4.500 se materializarán a principios de enero y en marzo, según explicó este viernes el consejero delegado en la presentación de resultados del grupo, indicando que entonces se habrá llevado a cabo el 70% del proceso de extinción laboral. Asimismo, el banco llevará a cabo el cierre de 1.500 oficinas en todo el país, el 27% de su red. Con este recorte de estructura, espera lograr una sinergia de costes de 940 millones al año.
CaixaBank ganó hasta septiembre 2.022 millones, sin tener en cuenta los efectos contables de la fusión, es decir, casi el triple que un año antes. Con ellos, el resultado alcanza los 4.801 millones. La mejora de los resultados se produjo a pesar de que el margen de intereses de cayó un 4%, debido a la caída de los tipos de interés. La entidad tiene prácticamente reverenciada a euribor toda su cartera de créditos.
