El coche es la segunda compra más importante para una familia después de la vivienda y cada vez parece menos accesible. En los últimos cinco años, el precio medio de un automóvil se ha disparado un 19% debido a que incluye más tecnología y a la electrificación.
Según datos facilitados a THE OBJECTIVE por la consultora MSI, en la actualidad, un coche vale de media unos 30.800 euros, lo que supone 4.500 euros más de lo que costaba en 2016. Fuentes del sector señalan que esto se debe a que ahora los vehículos están equipados con distintos sistemas de ayuda a la conducción, como el aviso de mantenimiento de carril y de colisión, por ejemplo, y de infoentretenimiento.
También influye que ahora los modelos más demandados son los todocamino y estos tienen un precio más elevado que un turismo al uso. Además, la industria de la automoción se encuentra bajo una coyuntura en la que la oferta escasea debido a la falta de suministro global de chips o semiconductores, que está provocando el cierre temporal de muchas líneas de producción y la aplicación de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).
Un coche incluye de media unos 15.000 chips y la escasez de estos componentes se debe a un cambio de tendencia de consumo. Durante la etapa más dura de la pandemia se dispararon las ventas de aparatos electrónicos, lo que causó que fabricantes como Intel primaran los pedidos de empresas tecnológicas.
El motor no está acostumbrado a hacer acopio de estas piezas, ya que muchas compañías trabajan con cadenas just in time (justo a tiempo), y fabricantes como el grupo Renault han pronosticado que dejarán de producir medio millón de coches este ejercicio por este problema.
En un principio, el sector preveía que la situación, que colea desde principio de año, se solventara de cara al último trimestre, pero ahora estima que se alargará durante toda la primera mitad de 2022 o incluso más.
De hecho, la patronal de fabricantes de vehículos en España, Anfac, ha revisado a la baja la previsión de matriculaciones de turismos y todoterrenos nuevos para el curso actual. Estima que se venderán 900.000 unidades, algo ligeramente por encima de 2020 y un 25% menos que en 2019.
Hasta septiembre se han vendido 647.955 unidades en el mercado nacional, un 8,8% más en comparación con el ejercicio precedente pero un 33% de retroceso frente a hace dos años.
Impuesto de matriculación
En agosto de 2018, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo aprobó una prórroga para que se siguiera usando el ciclo antiguo de homologación de emisiones NEDC hasta el 31 de diciembre de 2020. Luego, en enero, aplicando ya la nueva normativa europea WLTP el precio medio de un vehículo subió un 5%.
Esto se produjo porque el impuesto de matriculación está ligado a las emisiones de CO2 que homologa cada automóvil. Al cambiar la legislación y endurecerla, los coches registran una cifra mayor de misiones, saltan de tramo y tienen que pagar más.
Este verano se congeló la tasa en el Congreso de los Diputados tras varios rifirrafes entre Gobierno y oposición, pero en enero de 2022 volverá a subir y esto no es nada halagüeño para el sector, que ve como los consumidores cada vez apuestan más por un renting flexible y dejan atrás el sentido de la propiedad.