Las ventas de coches usados continúan su tendencia alcista ante la incertidumbre económica que sufren muchos consumidores por la pandemia y ya por cada vehículo nuevo se venden tres de segunda mano.
Según datos facilitados a THE OBJECTIVE por la patronal de distribución de vehículos, Ganvam, entre enero y septiembre se han realizado 1,4 millones de operaciones de compraventa de ocasión, lo que supone un 10,8% más que en el mismo periodo de 2008, en plena crisis económica.
Hay que destacar que sobre todo están creciendo las transferencias de los coches que tienen más de diez años, complicando así los planes de descarbonización del Ministerio para la Transición Ecológica. El sector ha reclamado en varias ocasiones la vuelta de un plan de ayudas a la compra como el antiguo PIVE con el fin de rejuvenecer el parque [casi 13 años de edad] y sacar de las carreteras los vehículos más contaminantes, pero desde el Ejecutivo tienen clara su visión: apostar todo al coche 100% eléctrico.
En la Ley de Cambio Climático y Transición Energética se recoge que no más tarde de 2040 todos los coches nuevos deberán ser cero emisiones. Además, la Comisión Europea lanzó en julio su propuesta de plan climático Fit for 55 en el que se plantea prohibir para 2035 los coches y furgonetas nuevos que emitan CO2.
Según datos de Ganvam, las ventas de automóviles de ocasión subirán este año un 8%, hasta 1,9 millones de operaciones, mientras que se prevé que en 2022 sobrepasen incluso los dos millones, mientras que el mercado de coches nuevos se situará este curso alrededor de las 900.000 matriculaciones lastrado por la crisis de los chips y a una menor demanda.
«Existe un vacío en la oferta de modelos usados ‘jóvenes’»
El presidente de la asociación, Raúl Palacios, señala a este medio que existe un «vacío» en la oferta de modelos usados ‘jóvenes’, de hasta cinco años, y advierte de que en octubre la antigüedad media del coche usado que se vendió en España fue de casi 11 años.
«Si nos fijamos en las operaciones entre particulares, la edad media supera los 14 años, lo que nos está diciendo que es necesario impulsar el rejuvenecimiento del parque, incentivando el achatarramiento de vehículos de alta antigüedad», subraya.
Además, Palacios añade que el mercado de segunda mano también se ve afectado por la crisis de los chips. «No olvidemos que la oferta de usados también hay que ‘fabricarla’ y como debido a la crisis de los semiconductores, empresas y rent a car no pueden renovar flota, no se está inyectando oferta de estos usados jóvenes al mercado. Por tanto, el mercado de ocasión vende lo que hay en cada momento», apunta.
En contraste, las ventas de modelos eléctricos puros de segunda mano crecieron un 93,1% en el mes, hasta alcanzar las 1.155 operaciones.
Situación atípica
No obstante, pese a las mayores ventas en el acumulado del ejercicio, hay que señalar que el mercado de vehículos de segunda mano acumula cuatro meses consecutivos a la baja porque no se está generando stock.
El mes pasado se comercializaron en España 59.121 turismos y todoterrenos nuevos, lo que significa una caída del 20,5% en comparación con el mismo mes de 2020 y del 37% (casi 30.000 unidades menos) si se compara con octubre de 2019, último año antes de la covid-19.
Entre enero y octubre se han entregado 707.593 automóviles, un 33% de descenso frente al mismo periodo de 2019. De hecho, hace dos años, y en un momento en el que el motor tampoco estaba en pleno apogeo, se sobrepasa el millón de unidades.
Mayor precio en enero
El Congreso de los Diputados congeló este verano la subida del impuesto de matriculación tras varios rifirrafes entre Gobierno y oposición, pero en enero de 2022 volverá a subir y esto no es nada halagüeño para el sector, que ve como los consumidores cada vez apuestan más por un renting flexible y dejan atrás el sentido de la propiedad.
De hecho, el precio medio de un automóvil se ha disparado un 19% debido a que incluye más tecnología y a la electrificación. Según datos de la consultora MSI, en la actualidad, un coche vale de media unos 30.800 euros, lo que supone 4.500 euros más de lo que costaba en 2016.
