UBS advierte de inflación en las renovables: «Hay un crecimiento desbocado»
Aumenta la competencia en inversiones ‘verdes’ con una mayor participación de operadores independientes y, sobre todo, de las grandes petroleras
Las grandes eléctricas están aceleran su proceso de descarbonización comprometiendo grandes cifras de inversión en energías renovables durante los próximos años. Este escenario supone una gran oportunidad para muchas de estas empresas debido a su alta rentabilidad, pero también aumenta la competencia con una mayor participación de operadores independientes y, sobre todo, de las petroleras.
En este contexto, el director de Estrategia de UBS en España, Roberto Scholtes Ruiz, explica a THE OBJECTIVE que la oportunidad de inversión en renovables es «inmensa» y que las compañías eléctricas capturarán buena parte de ella. Scholtes Ruiz señala que para alcanzar el objetivo de cero emisiones en 2050, en la Unión Europea será necesario duplicar la capacidad de generación eólica y cuadriplicar la solar respecto a 2021, lo que requerirá inversiones en estas tecnologías de unos 30.000 millones de euros al año.
No obstante, al haber más competidores, el directivo advierte de que se producirá una «comprensión» de los retornos previstos en cada parque eólico o solar, así como una «inflación» de los costes de instalación y equipamiento. En UBS, para aprovechar esta «inmensa oportunidad de inversión», tienen «clara preferencia» por las grandes eléctricas integradas (en especial las españolas, italianas y francesas) frente a las instaladoras y explotadoras de parques solares.
El director de Estrategia de la entidad suiza indica varias razones. En primer lugar, subraya que la cotización de las solares ya descuenta una ejecución íntegra y cuenta con márgenes elevados de todos sus planes de negocio, mientras que las eléctricas integradas están mucho más baratas al no incorporar en su valoración los proyectos más allá de 2024 o 2025.
Mayores retornos en las compañías diversificadas
Por otro lado, destaca que la capacidad de financiación de proyectos es «incomparablemente mayor» en las eléctricas, que ya generan grandes cantidades de caja en sus actividades tradicionales. «El coste y disponibilidad de capital es un factor competitivo clave en esta carrera de crecimiento desbocado», apunta.
Asimismo, considera que los retornos en los negocios serán mayores en las compañías diversificadas que participen en toda la cadena de valor, que puedan arbitrar entre distintas tecnologías y almacenar la generación sobrante (con hidroeléctricas, baterías o hidrógeno).
Según las últimas previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la participación de las energías renovables en el suministro eléctrico global pasará del 26% de 2018 al 44 % en 2040, y proporcionarán dos tercios del incremento de demanda eléctrica registrado en ese periodo, principalmente a través de las tecnologías eólica y fotovoltaica.
Incertidumbre a corto plazo
En todo el mundo, y según la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena), las inversiones globales en renovables han pasado de 50.000 millones de dólares (44.678 millones de euros) en 2004 a 300.000 (268.073) en los últimos años, tres veces más que la inversión en combustibles fósiles, lo que se traduce con un aumento de ventas de los fondos relacionados con el clima.
Hay una gran euforia en el despliegue de renovables entre muchas empresas, presionadas por las leyes de cambio climático comunitarias y estatales, y la directora de Oferta Digital de Singular Bank, Victoria Torre, aporta algo de realidad. «Aunque a largo plazo el atractivo de la megatendencia es indudable, a corto plazo hay alguna incertidumbre más. Por un lado, la actual crisis energética podría hacer que se desarrollaran nuevas estrategias más enfocadas en las energías tradicionales, que pueden ralentizar los planes de descarbonización», argumenta en declaraciones a este medio.
En el mismo sentido, manifiesta que se debería ser «selectivo» a la hora de invertir en renovables, ya que, en algunos casos, las valoraciones son «elevadas» y también se aprecia un «cierto ruido sobre el renacer de las energías tradicionales» (fósil y nuclear), como es el caso de Francia con el anuncio de la construcción de nuevas centrales nucleares o la apuesta de Alemania por el Gas Natural.
Apuesta española
Iberdrola, primera eléctrica de España y segunda del mundo, recoge en su plan inversor 2020-2025 más de 34.000 millones de euros en el negocio de renovables, lo que le permitirá elevar su capacidad instalada hasta los 44 gigavatios (GW) en 2022 y los 60 GW en 2025. La compañía también ha ampliado su plan inversor a 150.000 millones de euros para 2030, con lo que pretende alcanzar una potencia renovable de 95 GW para el final de la década.
De su parte, Endesa prevé una inversión de 7.500 millones de euros para el periodo 2022-2024, de los que 3.100 millones irán a tecnologías verdes. Así, en 2022 la inversión en renovables será de unos 1.200 millones de euros, aunque en 2023 caerá a 800 millones, para volver a crecer hasta los 1.100 millones en 2024. Naturgy también lanzó en verano un nuevo plan estratégico para los próximos cinco años con una inversión de 14.000 millones de euros para crecer con el foco puesto en las energías renovables (8.400 millones).
Repsol ha elevado su apuesta por la transición energética y tiene el objetivo de alcanzar una capacidad instalada de renovables de 6 GW para 2025 y de 20 GW para 2030, lo que supone 800 y 7.300 MW más en comparación con el plan estratégico que presentó en noviembre del año pasado.
De este modo, incrementa en 1.000 millones de euros la inversión en generación eléctrica renovable y en producción de hidrógeno verde. En total, destinará 19.300 millones de euros en el periodo 2021-2025. Al mismo tiempo, Acciona Energía prevé doblar su tamaño en términos de capacidad instalada renovable total, pasando de 10,7 GW en 2020 a 20 GW en 2025, con una inversión asociada de 7.800 millones de euros.