Los 'rebeldes' de Prisa advierten del daño reputacional por la relación de Barroso con Moncloa

Parte del accionariado del grupo Prisa está «muy preocupado» por la cercana relación que mantiene Miguel Barroso -consejero del grupo y del diario El País– con el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, y con el entorno de Moncloa. Consideran que los movimientos del exsecretario de Estado de José Luis Rodríguez Zapatero son un grave perjuicio reputacional para la compañía y para la credibilidad de sus medios de comunicación.

Según ha podido saber THE OBJECTIVE, estos accionistas no descartan solicitar explicaciones en futuras reuniones del Consejo de Administración y pedir su dimisión y la retirada de sus cargos en Prisa si es que la implicación de Barroso con el Ejecutivo va a más. Fuentes del grupo indican a este diario que no se ha producido ningún movimiento en este sentido de manera oficial.

Estos accionistas consideran que las últimas informaciones publicadas por medios como El Confidencial, que apuntan a que Barroso podría haber ejercido de emisario para cesar al ex jefe de Gabinete, Iván Redondo, confirman la deriva de sus medios de comunicación al servicio del actual gobierno socialista. Algo que a la larga puede perjudicar el negocio, según advierten.

Entre estos ‘rebeldes’ se encuentran los accionistas que quedaron fuera del núcleo de decisión de la compañía tras la salida de Javier Monzón de la presidencia en diciembre. En ese momento, Amber Capital (29% del capital) y Telefónica (9,4%) pactaron la sucesión de la compañía apartando al que hasta el momento era el principal ejecutivo gracias al respaldo del Banco Santander (4,2%).

Cargos de Barroso

Hasta la fecha, Monzón era apoyado por todos los accionistas a los que Santander ayudó a financiar en la última ampliación de capital. Los herederos de Jesús de Polanco, que a través de Rucandio controlan el 7,4% de la compañía, el propio Santander, los mexicanos Carlos Fernández (5%) y Roberto Alcántara (5%) e International Media Group (5%).

En esta línea, los Polanco ya manifestaron su disconformidad con el actual control de la compañía el verano pasado durante la Junta General de Accionistas. En ella reclamaron un mayor peso de los socios significativos en la gestión del grupo, así como una presencia más elevada de consejeros latinoamericanos en su órgano de gobierno.

A partir de esa fecha se ha intensificado la presencia de Miguel Barroso en Prisa. A finales de marzo fue nombrado consejero de la compañía y miembro del Comité de Auditoría y en junio se incorporó al consejo de administración de El País, un órgano que tras el fin del comité editorial se ha convertido en uno de los sostenedores de la línea editorial del periódico.

Las fuentes consultadas indican además que Barroso es el director editorial de facto en la compañía y que su influencia en la línea editorial de los medios es muy importante. De hecho, en varios sectores se le atribuye a sus gestiones la cercanía de El País con el gobierno de Pedro Sánchez en los últimos meses. Un periodo en el que el diario de Prisa ha defendido sin paliativos la gestión del Ejecutivo de coalición. Barroso tendría además línea directa con el equipo que elabora los editoriales del diario.

Salida de Iván Redondo

En esta línea, El Confidencial publicó hace una semana nuevos elementos respecto de la cercana relación entre Barroso y el presidente de Gobierno. En sus informaciones se indicaba que el 6 de julio, cuatro días antes de la crisis de Gobierno, Barroso y José Miguel Contreras cenaron con el exjefe de Gabinete, Ivan Redondo, y le trasladaron por orden del presidente las opciones tenía en el nuevo escenario. Este diario refleja además que Barroso y Contreras acudieron a Moncloa al menos una decena de veces el último año.

Independiente de que influyeran o no en la salida de Iván Redondo, lo cierto es que la cercanía del consejero de Prisa con Moncloa es muy relevante ganando cada vez terreno en el núcleo núcleo duro de quienes asesoran a Pedro Sánchez. Según El Confidencial, tanto Barroso como Contreras fueron claves para el diseño del actual Consejo de Ministros.

Una situación que preocupa a algunos accionistas de Prisa. Consideran que un consejero de la compañía no debería tener un papel tan protagónico en la presidencia de Gobierno y que el daño reputacional para el grupo y para sus medios de comunicación es evidente si es que se siguen conociendo informaciones en este sentido.

Es por ello que el objetivo es poder plantear estas reticencias en el próximo consejo de administración de Prisa. Un consejo en el que, en principio, Barroso tiene apoyos de sobra para mantenerse en su cargo. Es representante de Amber en el consejo y cuenta con el apoyo de Telefónica y Vivendi, que reúnen entre todos el 50% del capital.

Sin embargo, otras fuentes consultadas insisten en que en el núcleo duro de la compañía tampoco ha sentado demasiado bien la exposición mediática de Barroso, a propósito de sus visitas a Moncloa.