Orange y Vodafone se preparan para las fusiones a la espera del plácet de Moncloa
Las operadoras quieren tener la certeza de que cualquier fusión sería vista con buenos ojos desde el Gobierno español
Orange y Vodafone han vuelto a advertir esta semana de su delicada situación financiera y de la necesidad de buscar integraciones y consolidaciones lo antes posible, tanto en España como en Europa. El mensaje vuelve a ser meridianamente claro: «O nos dejan integrarnos o no podremos afrontar el ciclo inversor en las infraestructuras que necesita España para completar su digitalización».
«En Vodafone queremos jugar un rol activo en el proceso de consolidación de las telecomunicaciones en España. El status quo ya no es una opción», dijo el CEO de los británicos en España, Colman Deegan, en una tribuna publicada este jueves en Expansión. Y pocas horas después, el CEO de Orange en nuestro país, Jean-François Fallacher, apoyaba estas declaraciones agregando que su operadora estaría atenta a todas las oportunidades que puedan surgir en el mercado.
Una situación que no es nueva y que responde al sentir de un sector que ha reforzado estos mensajes después de salir de la parte más dura de la pandemia. La diferencia es que en esta oportunidad el «tiempo se agota», como reconoce un directivo a THE OBJECTIVE, y que las operadoras quieren tener la certeza de que cualquier fusión sería vista con buenos ojos desde el Gobierno español.
Los mensajes no son casuales y están milimétricamente medidos para generar la presión necesaria que garantice el apoyo institucional a estos movimientos. Es la última milla de esta lucha. En diversas reuniones que las operadoras han tenido con el equipo del Ministerio de Asuntos Económicos y con el propio presidente de Gobierno se ha advertido de la situación crítica del sector y se han pedido medidas para recuperar la salud del sector.
«El Gobierno conoce nuestros problemas», indican desde las operadoras a este diario, aunque reconocen que nunca han llegado a pedir oficialmente al Ejecutivo que favorezca las fusiones. Aunque también consideran que Sánchez sabe perfectamente que las soluciones a esta crisis pasan indefectiblemente por facilitar las integraciones.
Postura de la CNMC
De hecho, prefieren lanzar sus dardos hacia la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Lo cierto es que las operadoras han recibido una buena respuesta de parte del Ejecutivo ante sus demandas, pero reconocen que si la CNMC no flexibiliza su regulación cualquier integración se quedará en nada y sin ningún impacto real.
Las operadoras se refieren a los remedies (condicionantes) que les podría imponer Competencia si es que intentan una fusión, lo que les obligaría a, por ejemplo, tener que ceder parte de su red a terceros. Como en anteriores fusiones, como la de Vodafone-Ono y la de Orange-Jazztel, esto supondría anular buena parte de las sinergias planteadas y reforzar a la competencia, en este caso MásMóvil, que se quedaría con activos a precio de saldo.
En septiembre del año pasado y pocas semanas después de asumir su cargo, la nueva presidenta de la CNMC, Cani Fernández, ya mostró una mayor flexibilización de la histórica postura del regulador. Fernández advirtió de un aumento de las concentraciones empresariales en España por la pandemia, aunque garantizó que su organismo velaría por la existencia de la competencia y los derechos de los consumidores.
«Somos conscientes de que en la situación postcovid de crisis, las consolidaciones van a ser necesarias, pero, por supuesto, vamos a garantizar que la competencia siga existiendo y los consumidores no se vean afectados», manifestó en esa ocasión. Una postura que sigue manteniendo el regulador, pero que todavía está lejos de los «cero remedies» que piden las operadoras.
Es precisamente en este punto donde el Gobierno puede influir. Evidentemente la CNMC es un organismo independiente y apolítico, pero no es menos cierto que si Moncloa es proclive a que estas integraciones se produzcan su vara de medir será menos estricta y podría tener una mayor predisposición a autorizar operaciones con menos condicionantes.
Movimientos en Bruselas
En el caso de Moncloa, las fuentes consultadas por este diario indican que en principio no ven con malos ojos movimientos en este sentido y que son conscientes de la situación crítica del sector. No obstante, recuerdan que cualquier decisión debería tomarse en base a operaciones concretas que todavía no se han planteado formalmente.
Sin embargo, incluso si Moncloa diese el paso todavía tendría que esperar la autorización de Bruselas, que se ha mostrado inflexible en los últimos años para autorizar fusiones en el sector. Las grandes operadoras llevan meses pidiendo a la UE más flexibilidad para poder hacer operaciones de integración a pequeña escala entre ellas y todavía, indican, el regulador comunitario sigue sin mover ficha al respecto.
Hace dos semanas Telefónica, Orange, Vodafone, British Telecom, Deutsche Telekom y otras siete grandes operadoras de telecomunicaciones europeas lanzaron un grito de auxilio al regulador comunitario. Una carta abierta en la que pidieron por primera vez de manera conjunta menos trabas regulatorias, equidad con los gigantes digitales y mayores incentivos para invertir.
La misiva, según las fuentes consultadas por este diario, refleja el miedo de estas operadoras a que fondos de inversión especulativos y grandes compañías asiáticas (incluso dopadas con petrodólares) o estadounidenses con gran liquidez puedan hacerse fuertes en sus estructuras de capital e incluso lanzar opas sin que los actuales accionistas de las telecos europeas puedan hacer nada por detenerlos.
Frente a esta situación, tanto en Orange como en Vodafone ya llevan varios meses preparando el terreno para futuras integraciones. Hace unas semanas se publicó que sus dos sociedades matrices negociaron a comienzos de esta año una fusión a nivel mundial, pero que finalmente no se llegaron a acuerdos.
Orange más Vodafone
Si extrapolamos al terreno local, las dos operadoras reconocen públicamente que quieren ser protagonistas y que a partir de ahora trabajarán en todas las posibilidades de colaboración y de integración en todos los niveles, sin que esto signifique que ahora mismo ya estén trabajando en operaciones concretas.
Pero ¿es posible una fusión entre Orange y Vodafone? Con la actual postura de la CNMC no, pero es posible si logran el apoyo de Moncloa y a su vez el regulador reduce los condiciones de una operación de este calado.
Una eventual fusión entre Orange y Vodafone arrojaría a un sólido segundo operador del mercado y ya muy distanciado de MásMóvil, que, tras la compra de Euskaltel, le pisa los talones en clientes a la compañía británica. En cuanto a facturación, pasarían a tener casi el 33% de los ingresos minoristas frente al 40% de Telefónica y al 12% de MásMóvil más Euskaltel.