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Cómo instalar placas solares en casa

Con un sistema fotovoltaico puedes ahorrar más de un 50% en tu factura de la luz

Cómo instalar placas solares en casa

Vivint Solar | Unsplash

Instalar placas solares de autoconsumo en casa ayuda a pagar menos por la energía, con ahorros entre un «50%» y un «85%» en la factura, según aseguran las compañías de electricidad que las distribuyen. Reiteran que a medio y largo plazo compensa, a pesar de que conlleva un desembolso inicial importante que puede variar mucho dependiendo del tipo de instalación: desde menos de 3.000 euros a más de 15.000. Las empresas que facilitan la instalación de lo que llaman «tu propia energía renovable» afirman que se compensa la inversión en un plazo de cinco años. Suelen publicitar más el ahorro que puedes lograr que cuánto va a costarte, pero algunas se lanzan, como Endesa X, que garantiza una instalación con «todo incluido desde 2.948€«; EDP, que anuncia una oferta «desde 4.815 euros«; Biosol, «desde 3.850 euros»; Factorenergía, «desde 4.000 euros», o Iberdrola, «desde 2.723 euros».

Cada vivienda es diferente, en cualquier caso, y no es posible montar placas a nivel particular en todos los hogares. El público de los sistemas fotovoltaicos para particulares son mayoritariamente chalés o casas bajas unifamiliares. No son factibles a nivel particular en residencias en altura, sí mediante una instalación comunitaria si el inmueble lo permite, de cuya gestión debe encargarse la comunidad de propietarios. Pero, aunque la casa sea la adecuada y en principio las admita, deben cumplirse una serie de requisitos para legalizar y dar rendimiento a la instalación de un sistema fotovoltaico de autoconsumo, y lo primero es que sean compatibles con las características de la vivienda.

Buena orientación y cero sombras

Es fundamental comprobar si la cubierta, generalmente el tejado, admite las placas solares, puesto que allí se colocan los generadores del sistema. La cubierta ha de verse en un estado óptimo de conservación, tener una buena orientación y que carezca de zonas de sombras. Si no reúne estas cualidades, no habrá más remedio que desechar la idea. Las placas solares se fijan en las cubiertas utilizando un armazón que va anclado a la estructura de la propia casa, con lo cual ha de ser capaz de aguantar peso adicional y garantizar que no se produzcan roturas o goteras. Una cubierta en mal estado pone en riesgo todo el sistema, y tener que repararla a posteriori conlleva repetir la instalación de las placas. Será necesario que un profesional estudie el lugar y compruebe la viabilidad de la instalación. También la desestimará, por ejemplo, si en la cubierta hay amianto, un material prohibido en España desde 2002 y a erradicar de la Unión Europea antes de 2028.

Imprescindible es también la inclinación de la cubierta, ya que junto con la orientación debe determinar la capacidad de producción del sistema. Cuantas más exposición al sol, mayor producción fotovoltaica. Esta se reduce considerablemente si las placas solares reciben sombra en diferentes momentos del día. De hecho, una sombra prolongada puede rebajar casi por completo la producción de energía del sistema, y lo que es peor: puede inutilizar para siempre un panel solar. Por eso también es básico comprobar si hay zonas de los paneles donde nunca va a llegar el sol. Lo ideal es orientarlos hacia el sur para recibir la mayor radiación posible durante toda una jornada, aunque hay quienes lo tienen que hacer hacia el este y aprovechan también el sol matutino. Incluso pueden orientarse al oeste si no queda otra y recoger los rayos solares desde la sobremesa al anochecer, pero nunca obtendremos buenos resultados si nuestra única opción es que las placas miren al norte. Está totalmente desaconsejada porque no compensaría en ningún caso.

Trámites y permisos

Instalar el sistema fotovoltaico en casa conlleva muchos trámites y diferentes permisos, previos y posteriores a la instalación. Tras comprobar que es viable, se debe realizar un diseño con el respaldo de un instalador autorizado y solicitar los permisos de acceso y conexión a la red a la compañía eléctrica, que debe aprobarlo. También un permiso de obra en el ayuntamiento para llevarla a cabo y registrar luego la instalación en Industria para legalizarla de acuerdo a lo establecido en la normativa eléctrica, que obliga a utilizar equipos compatibles con certificación para su uso en España. El instalador debe registrarla, validarla y proporcionar el Certificado de Instalación Eléctrica (CIE).

Una vez instaladas las placas, debe presentarse en el ayuntamiento un certificado de correcta ejecución, que emite un electricista en el caso de instalaciones menores de 10kWp y un técnico de grado superior si se superan. Para poder usar el sistema fotovoltaico algunas comunidades autónomas requieren una autorización de explotación de instalaciones eléctricas de producción, transporte o distribución. Serán necesarias unas inspecciones iniciales y otras periódicas, que lleva a cabo un Organismo de Control Autorizado (OCA), para más de 10kW. La instalación ha de quedar registrada en Industria, que también autoriza la explotación, y deben formalizarse los contratos de acceso para la instalación de autoconsumo, de suministro de energía para servicios auxiliares, de representación y de compensación de excedentes. Las instalaciones ‘caseras’ debidamente legalizadas pueden recibir compensaciones por sus excedentes de energía, mientras que las ilegales se enfrentan a multas por disponer de paneles solares no registrados que van, ojo, de los 6 a los 60 millones de euros.

Subvenciones del 50%

Inaugurar una instalación fotovoltaica en casa supone abonar unos cuantos miles de euros. La inversión siempre es importante, aunque actualmente existen subvenciones que permiten costear hasta el 50%. El Gobierno de España tiene la intención de invertir un total de 1.320 millones de euros en concepto de subvenciones para la instalación de placas solares en el periodo 2021/2023. De ellos un 40% para particulares. Son las comunidades autónomas las encargadas de gestionar las cantidades asignadas, que pueden ser de dos tipos: calculadas sobre el precio de instalación (se descuenta un porcentaje sobre el precio final, en algunos casos sin IVA) y calculadas sobre impuestos del estado, a nivel municipal aplicado al IBI y al ICIO.

Los formularios para la solicitud de estas ayudas están disponibles en las páginas web de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos. Por invertir en instalaciones de autoconsumo de energía eléctrica existen reducciones en el IBI entre el 30% y el 50% durante 5 años y compensaciones entre el 30% y 90% en el ICIO. También puede haber deducciones en el IRPF del 20% de lo invertido.

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