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Economía

España incrementa un 28% el gasto en importaciones de gas por la crisis energética

Las importaciones de GNL y gas en estado gaseoso se situaron en 5.775 millones de euros entre enero y octubre del curso pasado, según los últimos datos disponibles

España incrementa un 28% el gasto en importaciones de gas por la crisis energética

Suministro de GNL en el puerto de Huelva. | Puerto de Huelva

El coste de las importaciones de gas entre enero y octubre de 2021 superaron a las del ejercicio precedente completo debido a la crisis de precios en el sector energético. En concreto, España gastó 5.775 millones de euros en comprar gas natural licuado (GNL) y gas natural en estado gaseoso entre enero y octubre, lo que supone un 28% más que en todo 2020.

Según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, el valor de las importaciones de GNL —el que llega por barco— se situaron en 4.207 millones de euros hasta el décimo mes, un 38% por encima del dato de 2020, mientras que las compras de gas en estado gaseoso —que procede por tubo— subieron un 7%, hasta 1.568 millones de euros.

Dicha coyuntura se explica porque el precio del gas se ha multiplicado casi por siete en el último año. De hecho, según el precio en el Mercado Ibérico del gas (Mibgas), en diciembre llegó a cotizar a 138 euros el megavatio hora (MWh) y en los primeros días de 2022 continúa por las nubes pese a que ha bajado a los 75 euros/MWh.

También cabe destacar que se ha visto afectado por las tensiones geopolíticas entre Rusia, EEUU y otros países, así como la polémica que se generó con el Nord Stream 2, el gasoducto controlado por Gazprom que conecta las reservas rusas con la Unión Europea a través del mar Báltico. Alemania paró temporalmente su certificación en noviembre al alegar que no estaba constituido bajo la legislación del país y el presidente ruso, Vladimir Putin, tiene ahora la llave del suministro. «Contribuirá a solucionar el problema de la estabilización de precios en el mercado europeo», ha asegurado.

Argelia, principal proveedor

España depende de terceros para el suministro y, según los últimos datos disponibles de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), las importaciones de gas natural crecieron un 7,8% entre enero y noviembre del curso pasado frente al mismo periodo del año previo, hasta 343.449 gigavatios hora (GWh).

Argelia sigue siendo el principal proveedor de gas de España incluso tras el cierre del Gasoducto Magreb Europa (GME) después la ruptura de relaciones diplomáticas entre Marruecos y el país argelino. Ha continuado suministrando a España a través del gasoducto Medgaz, que llega a Almería y es propiedad de Sonatrach y Naturgy.

Además, otros mercados de origen son EEUU, Nigeria, Trinidad y Tobago, Rusia, Catar y Noruega, entre otros. Parte del suministro de gas también llega en buques metaneros. Este tipo de transporte es más caro debido a que el gas llega a 160 grados centígrados bajo cero en estado líquido para luego descargarlo en las plantas de regasificación y elevar su temperatura para pasarlo a estado gaseoso.

Enagás, el operador del sistema gastista, tiene cuatro plantas de regasificación en Barcelona, Cartagena, Huelva y Gijón. Además, cuenta con el 50% de la Planta Bahía Bizkaia Gas (BBG), en Bilbao, y el 72,5% de la terminal de Saggas, en Sagunto. Todas ellas disponen de la tecnología necesaria para la descarga y recarga de buques metaneros.

Bruselas y la etiqueta ‘verde’

La Comisión Europea ha propuesto reconocer como energías verdes a las plantas que generan electricidad con gas y a las centrales nucleares que se construyan hasta 2045. Justifica el planteamiento en facilitar la financiación de instalaciones que contribuyan a luchar contra el cambio climático, algo que ponen en duda los ecologistas.

Bruselas quiere otorgar así el reconocimiento de inversiones sostenibles a las centrales nucleares que ya están en marcha y que se construyan, al menos, hasta 2045. Idéntica consideración reciben las plantas de gas, aunque en este caso el tiempo en el que se considerará energía verde se reduce a la próxima década. 

El Gobierno salió al paso denunciando que «admitir la nuclear y el gas natural como parte de la taxonomía verde europea supondría un paso atrás» en los objetivos de lucha contra el cambio climático. Admite que tanto la energía nuclear como el gas natural tienen un papel que jugar en la transición, pero «limitado en el tiempo», por lo que, a su juicio, «deben ser tratadas de forma aparte y no como verdes, donde están otras energías claves para la descarbonización y sin riesgo ni daño ambiental».

Según el marco regulatorio dispuesto en el Pacto Verde Europeo, el reglamento de la taxonomía verde tiene como propósito guiar a las empresas e inversores nacionales e internacionales en sus planes de descarbonización, identificando actividades y sectores económicos ambientalmente sostenibles y que contribuyan a la reducción de CO2, metano y otros gases causantes del cambio climático. Igualmente pretende ayudar a encauzar esas inversiones hacia aquellos sectores esenciales para lograr la meta de la neutralidad climática en 2050.

Impacto sobre el recibo de la luz. Los altos precios del gas y de los derechos de emisión de CO2 han empujado al coste de la electricidad a máximos en los mercados mayoristas y, según Bank of America, el consumidor medio español pagará unos 475 euros extra por la luz en el periodo comprendido entre 2021 y 2022.

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