El motor español prevé volver a crecer en tamaño y rentabilidad en un plazo de cinco años
KPMG presenta su informe Global Automotive Executive Survey 2021: el 61% de los encuestados cree que la paridad de precios entre coches eléctricos y de combustión no llegará hasta 2030
La industria de la automoción española estima que volverá a la senda del crecimiento en tamaño y rentabilidad en un plazo de cinco años. En concreto, así lo ve uno de cada tres directivos del sector, según se desprende del estudio Global Automotive Executive Survey 2021, elaborado por KPMG.
A nivel global, las cifras cambian ligeramente y son algo más optimistas. El 53% de los encuestados confía en que el automóvil registrará un crecimiento rentable en el próximo lustro, frente al 38% que considera que el motor se encuentra en un punto crítico para su futuro, tanto a corto como a medio y largo plazo.
Hay que recordar que el sector atraviesa uno de sus momentos más convulsos debido a la incertidumbre económica que ha generado la covid-19 y a la falta de suministro global de semiconductores o chips. En España, las fábricas terminaron el año pasado con volúmenes inferiores incluso a los de 2020, cuando estuvieron temporalmente cerradas para frenar la propagación del virus.
Las ventas no alcanzaron ni las 900.000 unidades el curso pasado, cuando el mercado español está acostumbrado a rondar los 1,2 millones de matriculaciones anuales. Bajo este contexto, el ámbito que genera más intranquilidad entre los directivos es la cadena de suministros.
Un 68% de los encuestados manifiesta su preocupación por la disponibilidad, el precio de las materias primas y mercancías y la mano de obra. De hecho, si se mantiene esta tendencia, muchos proveedores verían en riesgo la continuidad de su actividad, resalta el estudio de la consultora.
Nuevas estrategias ante la falta de chips
En España, soluciones como el aprovisionamiento directo, la acumulación de inventario o la relocalización de la producción ocuparán un lugar destacado entre las estrategias de las empresas de automoción. «La cooperación y la asunción de riesgos compartidos, la integración de nuevas capacidades, la flexibilidad y el establecimiento de una relación fluida con el cliente, basada en la confianza, serán indispensables para tener éxito en este nuevo entorno», apunta la socia responsable de Automoción de KPMG en España, Begoña Cristeto.
Por su parte, en lo que se refiere a la escasez de mano de obra, el 43% de los directivos del sector de automoción en España expresa su inquietud y preocupación, una percepción más moderada que en el conjunto global (55%). Conforme la industria española vaya incorporando modelos eléctricos, que requieren mano de obra especializada, es previsible que la percepción sobre el impacto de la escasez de profesionales en el negocio aumente.
En este sentido, los entrevistados ven necesario que las compañías del sector se anticipen y pongan en marcha estrategias de atracción y captación de talento para desarrollar nuevas actividades asociadas a las nuevas tecnologías que se presentan. Sin embargo, lo que no señalan los directivos del sector es que para fabricar un coche eléctrico hace falta menos mano de obra —algunas compañías como Seat ya han sondeado a los empleados para cometer ajustes en el futuro—.
Continuando con el coche eléctrico, la mayoría de altos cargos del sector piensa que uno de los mayores obstáculos para su despliegue sigue siendo la escasa disponibilidad de infraestructuras públicas de recarga. «Esto provoca que España esté lejos de cumplir con el objetivo fijado por el Pacto Verde Europeo para 2025 de disponer de un millón de puntos de recarga en toda Europa», advierte Cristeto, ex secretaria general de Industria y de la Pyme con el anterior Gobierno del PP.
Invertir en recarga rápida
El Gobierno espera que el Programa de Incentivos a la Movilidad Eficiente y Sostenible (Moves) contribuya a lograr un objetivo de 100.000 puntos de recarga y 250.000 vehículos eléctricos en circulación para 2023. Otra de los grandes trabas que presenta este tipo de coches es el tiempo de recarga: el 91% de los encuestados cree que los usuarios están dispuestos a esperar un máximo de 30 minutos para recargar el 80% de las baterías.
En este sentido, con el fin de dar respuesta a esta demanda, KPMG destaca que será necesario invertir tanto en estaciones de servicio como en el desarrollo de vehículos de recarga rápida. Sobre el precio, el 61% de los que han respondido a la encuesta estima que la paridad de precio entre un modelo eléctrico y uno de combustión no llegará hasta 2030.
De hecho, un 64% señala que el vehículo eléctrico no puede generalizarse sin subvenciones, mientras que un 43% piensa que todos los vehículos de batería eléctrica deberían estar subvencionados con independencia de su precio, una cifra que casi duplica el dato global (23%).
Ventas por Internet
Otro dato llamativo de la encuesta es que el 62% de los directivos prevé que en 2030 la mayoría de las ventas de vehículos nuevos se realizará por Internet. La consultora apunta en su estudio que esta nueva forma de venta provocará cambios en los canales de venta, con un importante crecimiento de las ventas directas de vehículos nuevos por parte de los fabricantes, algo que les obligará a adquirir nuevas capacidades digitales, comerciales y operativas.
Hasta la fecha, las marcas han venido defendiendo que el papel del concesionario continuará siendo crucial dado el valor que aportan al cliente. Un coche es la segunda compra más importante para la mayoría de las personas tras la vivienda.
Los directivos también ven grandes cambios en el modelo de propiedad de los vehículos: un 74% asegura que para 2030 la suscripción resultará ya un modelo competitivo frente a la venta y alquiler tradicionales. KPMG ha realizado una encuesta global a 1.118 ejecutivos del sector de la automoción e industrias adyacentes, entre los que se incluyen 372 consejeros delegados, 325 altos directivos, responsables de unidades de negocio, departamentos y gerentes.