Qué táperes son los mejores y por qué
Tanto los envases de plástico como los de cristal están recomendados por Consumo, aunque ambos tienen pros y contras
El táper es la fiambrera de toda la vida, la tartera, que decían otros. A esa fiambrera clásica o tartera empezamos a llamarla tupper por influencia de Tupperware, una marca registrada con ese nombre y con el de Tupper en 1947 por el químico estadounidense Silas Tupper. El primer utensilio de este tipo registrado se inspiraba en un bote de pintura pero hecho de material plástico en lugar de metal, y en sus orígenes fue conocido popularmente en Estados Unidos, donde surgió, como el «tazón maravilloso». Con este popular producto para conservar la comida ocurre como con el papel Albal, el pan Bimbo, La Casera o los Kleenex, que la mayoría utiliza esos nombres comerciales para referirse a todos los productos similares, sean de la marca que sean.
En todo caso, y ya que tupper está más que asimilado para referirnos a las fiambreras portátiles, llamémoslo táper, que es la palabra que defiende la Real Academia Española como la más adecuada en castellano para denominar a un «recipiente con cierre hermético, que se usa para guardar o llevar alimentos». Y el plural es táperes, no tápers. Esto ‘funciona’ igual que clubs y clubes, que la forma correcta es la segunda y además es más fácil de pronunciar, pero está más extendida la palabra anglosajona. En España nos cuesta aprender inglés y, sin embargo, asimilamos rápido y usamos a diario montones de palabras que provienen de ese idioma.
Del plástico al cristal
La empresa Tupperware comenzó a fabricar recipientes con materiales plásticos con diferentes polímeros que se siguen empleando, como el policarbonato, el polietileno y el polipropileno, entre otros. La patente de Tupper expiró en 1984, a los pocos meses de morir Silas Tupper de un ataque al corazón, a los 76 años, cuando se encontraba en Costa Rica; lo cual no impidió que Tupperware se siguiera comercializando en todo el mundo y se venda actualmente en más de un centenar de países. Es decir, Tupper apostó de primeras por el plástico mientras en nuestro país estábamos más acostumbrados a las fiambreras de metal. Después llegaron las de cristal y, como no, también las de materiales plásticos, sobre todo porque -como en otros sectores- abarataban notablemente la producción.
Los consumidores dudan ahora a la hora de comprar. El plástico es más económico que el cristal, más ligero y soporta mejor los golpes, pero ya no es popular. La evolución nos ha llevado a recelar de los plásticos por su grave incidencia en el medio ambiente y a volver al vidrio. Lo cierto es que para el Ministerio de Consumo de Alberto Garzón y para el propio ministro, los táperes son igual de recomendables en esas dos versiones, de plástico y de cristal. «Ambas son una buena opción» para un nuevo ministerio que no pasa desapercibido y que quiere apostar ahora por la comida de casa y por el uso de estos recipientes portátiles. En su última campaña, a finales de enero, Consumo aseguraba que «el táper es el mejor aliado en la vida de muchas personas» y ofrecía unos consejos y recomendaciones sobre cómo almacenar y transportar comida en esos envases y unas «pautas a seguir para que su uso no suponga ningún peligro».
Dos buenas opciones
Recomienda por igual la utilización de envases portátiles de cristal como de plástico y no opina de los que están fabricados con otros materiales. A su juicio ambos son «una buena opción» y desvela algunos pros y contras de cada uno de ellos. Los recipientes de cristal son «higiénicos», pero «es importante» valorar el uso de «envases de material reciclado», ya que son «una opción más sostenible». La principal diferencia entre los artículos de ambos materiales es que «el táper de cristal es más fácil de limpiar, en cambio el táper de plástico, aunque es más difícil de limpiar, es mucho más ligero y menos frágil». También se apunta que los recipientes de cristal no absorben olores o sabores ni desprenden residuos tóxicos y eso es lo que los hace más sostenibles, puesto que ayudan a frenar el impacto medioambiental, generan menos residuos y su vida útil es mayor. Además, se pegan menos los alimentos porque el vidrio es menos poroso que el plástico, con lo cual los artículos de plástico solo superan a los de cristal en que son más ligeros y fáciles de transportar, más resistentes y más baratos.
Para conservar los alimentos en las mejores condiciones, Consumo recomienda mantenerlos en recipientes herméticos y refrigerarlos en caso de salir de casa lo antes posible. También aclara que «nunca» se deben guardar alimentos recién cocinados en la nevera, porque es necesario esperar a que se atemperen, y que la comida no ha de estar más de dos horas fuera de la nevera o «más de una hora si la temperatura ambiente supera los 30º C». Se recuerda igualmente que «nunca» deben congelarse sobras que hayan salido de casa en un táper y se reitera la necesidad de «descartar los restos de alimentos que han sido recalentados».
Qué significan sus símbolos
Para el uso de recipientes de estos y a la hora de manipular los alimentos, se emplaza a mantener unas normas básicas de higiene, como lavarse las manos antes de hacer uso de ellos, durante y después de cocinar, utilizando siempre utensilios limpios y diferentes para cada tipo de producto, de tal forma que se eviten «contaminaciones cruzadas» entre productos crudos, como la carne, el pescado o el marisco, y alimentos que se van a consumir siempre crudos, como las ensaladas.
De lo más interesante revelado por el ministerio en su aparentemente estusiasta pero escueta alusión a los táperes -que también llama táper en plural y no táperes- está el significado de los símbolos que estos productos pueden incluir y que se refieren a si son aptos para estar en contacto con los alimentos, para calentar a altas temperaturas, para el lavavajillas y para conservar en el congelador. Pueden aludir también a su higiene, sostenibilidad y comodidad, algo sin duda desconocido para la mayoría de los consumidores por muchos envases de estos que tengan en casa.
Para todo los gustos
El Ministerio de Consumo recomienda los táperes de cristal o de plástico sin poner unos por encima de los otros. Matiza pero no opina, aunque no dice nada de los soportes de aluminio o acero inoxidable, que también pueden encontrarse en las tiendas. Podemos comprar desde un solo táper a lotes de una docena o más, que salen mejor de precio si realmente se necesita tanto envase. En Amazon, hay de plástico en lotes de doce táperes redondos de tres litros desde 11,45 euros, aptos para el lavavajillas y el congelador; otros doce rectangulares de 1,6 litros por 18,99 o bien catorce envases de plástico de diferentes tamaños por 35,99 euros.
En cristal, destacan por su bajo precio un lote de siete recipientes de distintas medidas por 25,24 euros y un paquete de cinco por 12,99. Y por reseñar uno de estos artículos que no sea ni de plástico ni de cristal, sino de acero inoxidable, podemos fijarnos en una «fiambrera», que así la llaman, de metal para comprobar la diferencia de precio: 39,99 euros un solo producto, eso sí, «a prueba de fugas».
En Aliexpress hay artículos similares con la ventaja de que son algo más baratos que en Amazon y la desventaja de que llegarán más tarde a casa que los de su principal competidor.
En plástico, la tienda china dispone de un paquete de diez «contenedores de plástico con tapas para almacenamiento de alimentos» por solo 7,62 euros, cuando menciona que antes costaba «13,40»; o el súper paquete de treinta táperes por 21,96 euros. En cristal, está disponible el pack de diez envases «en color azul o verde» de diversas medidas por 14,99 o el set de táperes rojos de vidrio rebajado de 29,90 a 12,90 euros que, además, tiene el presunto aval de Pepe Rodríguez, miembro del jurado del programa MasterChef, o al menos en el anuncio ahí sale él sonriente.
A pesar de todos los consejos que puedan darse, luego siempre están ahí los que acumulan y utilizan envases del chino y los reciclan hasta la rotura o los que todo lo envuelven en papel de aluminio y con eso basta, aunque perfumen y hasta chorreen irremediablemente el ambiente. La realidad es que existen muchísimas opciones para disponer de buenos envases portátiles donde llevar la comida a precios módicos e incluso ir variando para no caer en exceso en la monotonía.