Euforia de la economía del aire libre (y depresión de los gimnasios)
Los cambios de hábitos tras el coronavirus se ceban con un sector que sigue pagando el mismo IVA que el tabaco
El cuerpo pide aire. Últimamente, lo más libre posible. Mientras el miedo al coronavirus se va diluyendo, el trauma del confinamiento sigue rondándonos, por lo menos, el subconsciente y alrededores, dejando un cierto tufillo a claustrofobia a la menor oportunidad. Y, como siempre, las tendencias que nacen de cruzar sociología y mercado dejan un reguero de ganadores y perdedores. A los gimnasios puede haberles tocado la peor parte del parto postcoronavírico. Según el Índice de Economía del Deporte de Mastercard, un 48% de los españoles dice no invertir dinero en gimnasios y el 66% no se lo ha gastado ni en entrenadores personales ni en clases deportivas.
Paradójicamente, la conclusión general del informe es que el interés de los españoles por el deporte en general, incluso comparado con otros países, es notable: un tercio hace más ejercicio ahora que antes de la pandemia, y la mitad está más interesada en comprar equipamiento deportivo, aunque (la cosa no está para tirar cohetes con la inflación y demás) un 34% sigue utilizando el que compraron durante la pandemia. La clave de esta aparente contradicción está en el aire, literalmente.
El sector inmobiliario también nota el ansia de aire libre. Según el estudio ‘Análisis del comprador post-Covid’ de Habitat Inmobiliaria, entre las características de las viviendas más demandadas destaca «una creciente tendencia de compra de unifamiliares». Ya supone el 17% de los compradores de obra nueva, frente al 8% de antes de la pandemia. Y, dentro de este nicho, las viviendas con piscina han aumentado en cinco puntos porcentuales. El incremento de hogares más confortables y cercanos al aire libre conecta con la tendencia desvelada por el informe de Mastercard del descubrimiento de nuevos deportes por los europeos, como los esports o el senderismo, con el footing en lo más alto de la nueva forma de vida.
Malas noticias para los gimnasios, que ya fueron duramente golpeados por la pandemia. Su patronal, la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (Fneid), asegura que en los 12 primeros meses de restricciones por el Covid el sector facturó un 64% menos que el mismo periodo del año anterior. Y pide un respiro. El mes pasado, la Fneid se dirigió al Congreso de los Diputados para pedir retirada de las mascarillas durante la práctica deportiva en los espacios interiores de los centros deportivos, y poco después se unió al clamor nacional que reclamaba al Gobierno medidas para frenar la subida de los precios del gas y la electricidad, un problema que afecta especialmente a su actividad, ya que, aseguran, está poniendo en peligro la viabilidad de muchas instalaciones deportivas.
En una entrevista en CMDsport, el gerente de la Fneid, Alberto García, se lamentaba de que las dificultades para recuperar el 100% de las cifras pre-pandemia, sumado a unos costes energéticos desorbitados han llevado al sector del fitness a «una situación muy delicada». Los gimnasios han recibido el golpe de una forma demasiado continuada: «Hay otros sectores como la restauración, el turismo o el ocio nocturno que también han sido objeto de fuertes restricciones e incluso mayores periodos de cierre que el fitness, pero también han gozado de periodos de reapertura cuyas facturaciones eran superiores a las de antes de la pandemia. En nuestro sector, inicialmente por miedo al contagio y últimamente por la obligatoriedad de entrenar con mascarilla en interiores, no hemos registrado ningún periodo excelente desde que se inició esta situación. Incluso en las regiones con menos restricciones no se ha podido bajar en dos años de una media de pérdida del 30% respecto a 2019».
El año pasado, el Congreso de los Diputados aprobó la proposición presentada por el Grupo Parlamentario Popular de declarar la actividad física y deporte como actividad esencial. Un hito importante pero que, en realidad, representa solo un pistoletazo oficial de salida teórico que debe desarrollarse con medidas concretas. La patronal, por ejemplo, aprovechó el momento para pedir una rebaja del IVA al 10%. Actualmente, el IVA de los servicios deportivos prestados a personas físicas es del 21%, el mismo que el del tabaco y las bebidas alcohólicas…