El BCE alerta de un otoño «casi apocalíptico» si Rusia decide cortar el gas
Según el director de Economía de la entidad, Europa podría encontrarse actualmente ante un encarecimiento del coste de la vida «sin precedentes»
Las señales de alerta ante una cada vez más posible crisis económica se suceden en la Unión Europea. El sustancial deterioro de las perspectivas macroeconómicas a raíz de la invasión de Ucrania parece haber puesto sobre la mesa el riesgo de recesión derivado de la probable imposición de un embargo a la energía procedente de Rusia. Así lo teme el director de Economía del BCE, Óscar Arce, que ha alertado de que, si Rusia corta finalmente las exportaciones de gas después de verano, se desataría en Europa «un escenario casi apocalíptico, pero cuya probabilidad, lamentablemente, no es despreciable».
El aviso ha llegado este viernes durante una intervención en los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en la que el economista español ha expuesto las diferentes proyecciones elaboradas por el banco central en caso de que se produzca el temido fin del gas ruso.
Según ha adelantado ABC, el cuadro perfilado por el organismo que dirige Christine Lagarde plantea un precio del barril de petróleo entre los 170 y los 180 dólares, lo que supone casi el doble que el actual y un coste del gas tres veces más caro en los mercados. También apuntan a un encarecimiento aún mayor del precio de los alimentos, precisamente uno de los factores que de acuerdo con lo expuesto Arce más preocupa en Frankfurt a día de hoy por su enorme impacto en los hogares más vulnerables.
Toda esta se traduciría en una inflación desbocada que tendría un «muy signficativo» impacto sobre la economía: las economías del euro no solo experimentarían un severo recorte de su crecimiento este año sino que, en conjunto, entrarían en recesión en 2023, con una caída estimada del 1,7%.
Eso sí, no todos los países se verían afectados por igual: la tradicional «locomotora» de la economía europea, Alemania, sería de hecho una de las más afectadas, mientras que países como España o Italia, tradicionalmente con más problemas económicos pero menos dependientes del gas ruso, podría sortear la crisis con mejor suerte.
En este contexto, el directivo del banco central ha reconocido que la tarea del BCE con la política monetaria será «entre difícil y muy difícil». Y es que, según Arce, la economía mundial podría encontrarse actualmente ante un proceso de encarecimiento del coste de la vida «sin precedentes».
Escenario más probable
Eso sí, lo anteriormente expuesto no es por ahora la tesis central del BCE en cuanto al futuro económico de la UE, aunque sí tenga probabilidades no «despreciables», como ha apuntado Arce. Por el momento, se sigue apostando por un crecimiento del 2,8% en el conjunto de la región para 2022 y un dato de inflación media del 6,8%.
Pero cada vez con menos seguridad: el propio Arce ha trasladado este viernes que es muy probable que los actuales niveles de inflación se mantengan hasta final de año, que sea ya en 2023 cuando se vayan moderando – mucho menos rápido de lo que se esperaba – y que no sea hasta bien entrado 2024 cuando la tasa de inflación se aproxime a ese 2% que constituye el objetivo básico de la política monetaria del BCE.
Ante esta situación, la máxima autoridad monetaria en la UE ya está empezando a avisar de que algunos países tendrán que realizar ajustes si quieren afrontar la crisis con garantías. Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, ha asegurado en un discurso ante la Eurocámara este viernes que «las políticas fiscales y económicas deberán desempeñar su papel tanto a nivel europeo como nacional para lograr la transformación necesaria de nuestras economías y abordar las preocupaciones de competitividad y sostenibilidad a largo plazo».