Elena Betés (Rastreator): «Hay que quebrar bien y aprender a fracasar»

«Siempre me habían gustado los negocietes», adelanta Elena Betés, contando además que esto le venía de familia. Esta emprendedora tenía en mente lanzar un comparador de seguros online. Lo intentó no una, sino dos veces. Por distintos motivos, los proyectos no salieron adelante. Elena no se dio por vencida, y en 2009 lanza Rastreator, consiguiendo ser líder indiscutible en España, y además exportar el modelo a otros países, culminando en 2020 con la venta de la sociedad holding a Red Ventures.

Elena Betés, el cerebro tras la idea de Rastreator, estudió Empresariales en CUNEF y comenzó su carrera profesional en Arthur Andersen, tras lo que completó un MBA en el IESE. Con paso previo por Londres y Bolivia, donde estuvo colaborando con una ONG. Trabajar en una gran empresa era una posibilidad, seguramente más sencilla que la de emprender, pero decidió tomar el camino menos fácil.

La fundadora del comparador online de referencia en España es una de los protagonistas del podcast Así empecé, creado por Arcano Partners. Esta serie de entrevistas tiene como objetivo acercar al oyente las historias de personas que tuvieron una idea, un sueño, de crear o mejorar algo, y que a base de ingenio, determinación y pasión consiguieron sacar adelante. En definitiva, son historias de emprendedores contadas por ellos mismos.

Entre sus salidas probables, admite, pensó en ser profesora, además de «jefa en una gran corporate» o trabajar en una ONG. «Estaba un poco perdida», dice entre risas. En medio de aquella confusión, ocurrió algo que no vio venir: su padre, su referente, fue prejubilado con tan solo 53 años. «Me dio una sensación de ‘si entras en una de esas grandes empresas, no vas a controlar tu destino‘». Bajo esa premisa, «a veces errónea», se dijo a sí misma: «Yo tengo que montar algo».

Lo primero que le vino a la mente es que en España, si quieres emprender, tiene que ser algo relacionado con el turismo. Consiguió que la cadena hotelera Barceló la contratara para establecer un sistema operativo. En resumidas cuentas, explica que tuvo que enseñar el protocolo de limpieza de los hoteles de la cadena. «Me tiré tres meses en los que visité 56 hoteles, donde me hice amiga de las señoras de la limpieza», resume. «Aprendí muchas cosas, pero también aprendí que el negocio no era rentable», asegura.

«El emprendedor tiene que ponerse como un burrito con orejeras porque te entran muchas dudas por el camino»

Tras todas aquellas aventuras, se centró en sector de los seguros, donde le llegó el éxito. En el camino tuvo que decir que no a muchos proyectos a los que era invitada, porque a veces «el emprendedor tiene que ponerse como un burrito con orejeras porque te entran muchas dudas por el camino». Creó la empresa Red Azul, a través de la cual consiguió adquirir su primera correduría, Punto Seguro. «Era un desastre, aunque oficialmente era una página web que comparaba seguros», cuenta. «El primer fracaso fue tecnológico», resume.

A pesar de aquel fracaso, consiguió contactar con un grupo alemán que quería impulsar un comparador de seguros a nivel europeo, por lo que empezó a emprender ‘a dos bandas’. Allí, tuvo a su disposición a un grupo de 25 personas que trabajaban la tecnología del proyecto desde India, algo que le permitió aprender mucho sobre este negociado. «Acabé revisando código», asegura, añadiendo que aquel fracaso no tuvo que ver con la parte tecnológica, sino con el producto y el marketing. Algo que les llevó a la quiebra. Pero «hay que quebrar bien», cuenta, después de exponer cómo se quedó en el barco aunque estuviera hundiéndose. «Al igual que hay que aprender a triunfar hay que aprender a fracasar», resume.

Tras la aventura alemana, Elena vuelve a España de la mano de Confused, el comparador número uno en Reino Unido. Aquel fue el germen de Rastreator, un periplo que culminó en 2020 con la venta de la sociedad holding a Red Ventures. A la tercera fue la vencida.

El resto de la historia puedes escucharla en el episodio que le dedica el podcast Así empecé.