La izquierda francesa tachó de electoralista la cesta de la compra que quiere importar Díaz
Los socialistas franceses tildaron la propuesta de «cesta de los pobres». Tras la victoria del socialista Hollande, la iniciativa fue enterrada
Todo empezó en 2008, cuando el exministro de Economía de Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy, empezó a mover los hilos para un gran plan gubernamental que empujara a los supermercados a ofrecer descuentos y rebajas contra la inflación. Tras llegar a la presidencia, Sarkozy lanzó oficialmente el proyecto en 2011.: una cesta de la compra protegida con una decena de productos, que ahora Yolanda Díaz quiere importar en España. En Francia, sin embargo, dicho proyecto fue recibido con poco entusiasmo por parte de los consumidores, mientras que la izquierda lo tachó de electoralista.
La ministra de Trabajo Yolanda Díaz decidió la semana pasada dar un golpe de efecto. Empezó hablado de fijar un tope a los alimentos básicos (carne, pescado, huevos, pan…). Después corrigió el tiro tras un aviso del PSOE y de los ministros de Agricultura y Hacienda. Detalló que su proyecto consistía en pactar un «acuerdo» con las grandes cadenas activas en el mercado español para imitar el plan de Sarkozy conocido en Francia como Le Panier des Essentiels.
Carrefour, la cadena francesa activa en el mercado español, y que forma parte de una de las seis más importantes del sector, se interesó de inmediato en la iniciativa. Lo hizo por su conocimiento de lo que ocurrió en Francia pero también porque lleva ofreciendo un paquete de productos rebajados en el país galo desde hace semanas. En definitiva, el planteamiento ministerial coincidió con su interés comercial.
Efecto palanca
Díaz confía en que los movimientos de Carrefour (queda por saber si negoció con la cadena incluso antes del anuncio) generen un efecto palanca en los demás operadores. De momento no ha sido así. Los distribuidores acusan a Díaz de estigmatizar su trabajo, a la vez que miran con recelo la propuesta de Carrefour.
Las asociaciones de los pequeños distribuidores han acusado a Díaz de estar favoreciendo a los grandes almacenes. Ellos será los más perjudicados de grandes pactos de precio entre los líderes del mercado, advierten. Los grandes operadores tampoco muestran entusiasmo. El encuentro de Díaz con el sector del pasado lunes no sirvió de mucho. Duró tan solo una hora por problemas de agenda de la ministra, y algunos de los presentes se han quejado de haber podido hablar tan solo «cuatro minutos» para manifestar sus dudas.
Con respecto a Sarkozy, se puede de momento concluir que Díaz cometió al menos un error. La dirigente gallega prefirió lanzar su propuesta sin antes avisar a los socios políticos (PSOE y Podemos) ni a los operadores. Ha confiado en el efecto sorpresa para ganar visibilidad de cara a la gira por los territorios para presentar a su proyecto Sumar.
Cambio de estrategia en Francia
La falta de concertación, en definitiva, ha complicado el plan a Díaz, quien se encuentra de facto sola en su iniciativa. Ningún ministro socialista decidió acompañarla al encuentro con los operadores. Lo hizo solo Alberto Garzón, el coordinador confederal de IU y fiel escudero de Díaz. Tampoco Podemos está respaldando activamente a la ministra. Los ‘morados’, como ha desvelado este diario, recelan de la propuesta por dos cuestiones: el peligro para el pequeño comercio y la «publicidad gratis» hecha a Carrefour.
En la imitación de Díaz del plan de Sarkozy queda otra incógnita. Tiene que ver con el nudo gordiano del sistema de mercado: la respuesta de los consumidores. La historia revela que en 2011 los grandes supermercados franceses decidieron renunciar a la cesta de los productos básicos rebajada porque los consumidores habían dejado fundamentalmente de comprarla. Ahora, los supermercados franceses han lanzado ofertas parecidas, pero no comparables a la cesta de la compra con precios bloqueados propuesta por Díaz. Se trata más bien de ofertas con devolución en el caso de repunte inflactivo o decenas de productos a un euro.
«Cesta de los pobres»
Es posible que Díaz acabe vendiendo como suya cualquier oferta comercial de los supermercados, pero su plan inicial de fijar una cesta de compra con productos frescos y de calidad está lejos de conseguirse. Y la ministra tampoco puede excluir críticas internas en su propio sector. Incluso en IU, algunas fuentes señalan que la cesta de la compra protegida «no es una propuesta de izquierdas». «Hemos estado años luchando para defender al pequeño comercio y esta iniciativa va contra este sector», explican las fuentes consultadas.
En 2011, de hecho, también la izquierda francesa criticó la propuesta de Sarkozy. Los socialistas franceses hablaron de la «cesta de los pobres» para atacar a Sarkozy y al ministro impulsor del proyecto. La izquierda francesa centró el tiro en la transparencia de los precios (desde la producción hasta la venta) y criticó la medida porque consideraba que era propaganda en un contexto preelectoral. En 2012 se celebraron las elecciones presidenciales que ganó el socialista Francois Hollande en 2012. Tras la victoria del socialista, en efecto, el pacto con los distribuidores saltó por los aires.