Repsol avisa de que el impuesto de Bruselas «crea un germen de duda»
El ejecutivo de la compañía insistió en que la industria «no es un negocio regulado» y que, por tanto, no cuenta con beneficios extraordinarios
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha advertido de que el impuesto que pretende imponer la Unión Europea a los denominados beneficios extraordinarios obtenidos por las empresas de combustibles fósiles «crea un germen de duda» en la capacidad para invertir en la transformación del sector, y abrió la puerta a destinar más inversiones a Estados Unidos, debido, en su opinión, a la mayor estabilidad regulatoria en este país.
Al igual que el pasado mes de julio, el directivo volvió a aprovechar la conferencia con analistas para presentar los resultados trimestrales para mostrarse en contra del impuesto que los países de la Unión Europea quieren imponer a las energéticas por los denominados beneficios extraordinarios.
Así, el ejecutivo de Repsol insistió en que la industria «no es un negocio regulado» y que, por tanto, no cuenta con beneficios extraordinarios.
Asimismo, aseguró que las ganancias actuales «no compensan las pérdidas acumuladas» en los últimos años derivadas de los ajustes de activos para ser cero emisiones netas y de los impactos por la pandemia de la covid-19.
En el caso concreto de España, el Ejecutivo y sus socios de Gobierno tramitan ya en el Congreso de los Diputados un impuesto temporal y extraordinario para gravar con un 1,2% las ventas de las energéticas con unos ingresos superiores a los 1.000 millones anuales.
Sin embargo, Bruselas plantea gravar únicamente los beneficios extraordinarios de las empresas del sector del petróleo, el gas, el carbón y la refinería a través de una denominada tasa de ‘solidaridad’, mientras que para las eléctricas apuesta por la fijación de tope máximo de 180 euros/MWh del precio para las tecnologías inframarginales, las que producen electricidad por debajo de las productoras de ciclo combinado de gas como las renovables o la nuclear, pueden vender la electricidad en el mercado mayorista (‘pool’).
Además, Imaz puso en valor las apuestas regulatorias de Estados Unidos, frente a las de Europa, como foco para atraer a los inversores y destacó que la nueva Ley de Reducción de la Inflación es «más inclusiva, confiando en la neutralidad tecnológica y la diversificación como la mejor vía».
De todas maneras, no quiso precisar si la energética se plantea dirigir más sus inversiones hacia Estados Unidos, donde ya cuenta con una amplia presencia en renovables tras la adquisición del 40% de Hecate Energy en 2021 y un importante plan de crecimiento, en detrimento de Europa, y subrayó que «surgirán oportunidades» tanto en España, en Europa como en Estados Unidos.
Lo que sí indicó es que las inversiones se harán bajo los parámetros de «crear valor para los accionistas» y si se da una oportunidad real de invertir y crear valor en el negocio.