El sector eólico alerta de que están en riesgo 13.500 millones por la «lentitud» del Gobierno
En marzo de 2021 tenía que estar el plan para desplegar la eólica marina. Ahora, otros países de Europa que sí han aprobado sus planes amenazan la inversión
Marzo de 2021. Esa era la fecha límite que dio Bruselas a todos los países miembros para aprobar el marco regulatorio para las subastas de energía de eólica marina y el plan de ordenación marítima (es decir, las zonas donde levantar los proyectos). Pero a 1 de diciembre de 2022 en España siguen sin recibir luz verde ambas iniciativas. La patronal eólica clama y asegura a THE OBJECTIVE que «los proyectos de eólica marina de las multinacionales están en stand-by (parados). Vamos con mucho retraso. En otros países, como Reino Unido, Francia, EEUU, Australia, Taiwán o Portugal, ya están desarrollando proyectos».
Europa ha pedido a todos los países poner en marcha este plan para acelerar la transición energética en el continente. Desde el IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético) señalan que España dispone de 6.000 kilómetros de costa donde existe un recurso eólico «estable y abundante». Pero esta ventaja comparativa de la que goza nuestro país respecto a otros territorios europeos parece que no se está aprovechando. Según los cálculos de la asociación, estarían en juego más de 13.000 millones de euros.
Así, España se ha propuesto instalar 3.000 megavatios hasta 2030. Sin embargo, todavía no ha definido ni el dónde ni el cómo del reparto. Teniendo en cuenta que el coste medio por cada nuevo megavatio de energía eólica marina se sitúa en 4,5 millones de euros aproximadamente, el coste total se situaría en 13.500 millones de euros.
Las compañías estudian las diversas zonas donde diseñar los proyectos sin saber realmente el lugar donde se podrán instalar los futuros molinos de viento flotantes. Una incertidumbre que inunda a todas las empresas que han mostrado interés por apostar por España para sus proyectos renovables. En España todavía no hay ningún parque eólico marino. De hecho, la mayoría de los promotores se encuentran en otras zonas del mundo, como Reino Unido, Francia, EEUU, Australia o Taiwán.
Desde la patronal apuntan al Gobierno. «Quieren impulsar varias tecnologías a la vez y no priorizan la eólica marina, que se está desarrollando en otros lugares que tienen, teóricamente, menos recursos que España, por su menor disponibilidad de costa e industria. Sobre esto último hay que remarcar que nosotros tenemos mucha industria nacional para no depender de los componentes de fuera. Pero a medida que pasan los meses, y no se apruebe el reglamento, otros países se nos adelantarán y podemos acabar perdiendo proyectos«, apuntan.
El Ministerio de Ribera medita aprobar las zonas aptas para levantar los proyectos de eólica marina el próximo mes o a principios del año 2023. No obstante, el marco regulador de las subastas no se espera que reciba luz verde hasta bien entrado el año 2023. Según fuentes del sector, aún no hay ningún borrador ni consulta pública al respecto. «Hasta que no se apruebe el marco de subastas y los planes de ordenación, todos los proyectos de las empresas -o sus estudios- son ficticios y no significa que se vayan a desarrollar», comenta otra fuente del sector.
El mar, una realidad distinta
A diferencia de lo que ocurre con la energía renovable terrestre, las subastas marinas necesitan al Estado para conceder la zona de generación de la energía, ya que el mar no pertenece a ningún particular o empresa. Se trata de una realidad muy distinta a lo que ocurre con las placas solares y los aerogeneradores que se instalan en tierra, que ofrecen la posibilidad al promotor de negociar de forma directa con el propietario del terreno. En la actualidad, hay 35 proyectos presentados. Pero no todos se desarrollarán. En el momento en el que el Ejecutivo active la subasta, solo unos pocos lograrán la adjudicación.
Hace un mes, la asociación publicó en su libro blanco que los proyectos de eólica marina podrían tener un impacto macroeconómico de casi 10.000 millones hasta 2030, además de 8.000 empleos estables. Fuentes de la asociación afirman que hasta 2050 este impacto sobre el PIB podría llegar a los 18.000 millones. La inversión de los proyectos de esta energía renovable «es cuantiosa» ya que, según comentan los expertos, «participan muchas empresas multinacionales de mercados globales, afecta a toda una cadena de valor, desde los astilleros y las soldaduras hasta la ingeniería y el diseño». Por otro lado, remarcan la importancia de esta inversión ya que genera «empleos cualificados» y ayuda a «áreas deprimidas de la costa española, como en lugares de Galicia, Andalucía o las Islas Canarias».
Ayer, la energética española Naturgy volvió a reunirse con el consorcio de empresas (13 de ocho países diferentes) que están llevando a cabo el proyecto industrial de eólica marina en las costas de Francia, llamado ‘Next Float’. Esta es una iniciativa respaldada por la Unión Europea y que tendrá una duración de cinco años. Dicho escenario muestra el liderazgo de nuestro país vecino –que cuenta ademas con menos kilómetros de costa-, en esta tecnología. Lo que ha permitido a una de sus empresas nacionales -Technip Energies- poder coordinar el proyecto.