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Economía

Los autónomos vaticinan que cerrarán 15.000 pequeños comercios durante el próximo año

Las micropymes de proximidad piden atención de las autonomías y del Ministerio de Industria ante la ‘sangría’ de negocios que prevén en 2023

Los autónomos vaticinan que cerrarán 15.000 pequeños comercios durante el próximo año

Local comercial disponible, en Madrid. | Europa Press

Los autónomos vaticinan que cerrarán 15.000 pequeños comercios en 2023, tal como transmiten fuentes de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) a THE OBJECTIVE. Consideran que se está produciendo una concentración del sector comercial en grandes distribuidores, lo que aniquila gradualmente al comercio de proximidad.

Como explican desde UPTA, la tendencia «desastrosa» que se está repitiendo en las series de afiliación al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) en los últimos años en el sector y el agravamiento que se está produciendo en este 2022 hace temer una situación similar o peor el año próximo.

El presidente de UPTA, Eduardo Abad, en declaraciones exclusivas para THE OBJECTIVE, explica que la proliferación de franquicias, la concentración en las grandes empresas de distribución, rayana con el oligopolio, hace que las pymes y micropymes que constituyen el pequeño comercio de proximidad no puedan afrontar la subida de costes derivados del alza de precios y las cargas tributarias y de Seguridad Social.

Según Abad, los grandes supermercados están anotando alzas del 8,7% de sus beneficios netos en plena crisis de precios, cuando algunos productos básicos de alimentación han subido más de un 30% en el último año.

Debilidad de los pequeños comercios

Según UPTA, las propias marcas fabricantes son las primeras en haber propiciado esta situación, que aboca a echar la persiana a más de 15.000 comercios pequeños el año próximo. Como dice Abad, «con el drama ya no solo económico, sino personal y familiar que comporta cada uno de esos casos».

Los fabricantes han tendido a elevar la venta online directa en detrimento del suministro a pequeños comercios tradicionales. Además, explican desde la asociación de autónomos, han exigido condiciones exorbitantes a los minoristas para en su caso poder vender sus productos.

Cita UPTA, a partir de prospecciones sectoriales y territoriales, que los ejemplos más claros se producen en el textil y el calzado, que sufren especialmente una suerte de dumping -competencia desleal-, ya que los mismos artículos que suministran a algunos establecimientos son vendidas directamente por ellos mismos en internet a un precio inferior al de compra de esos comerciantes que han de aplicarle su margen para revenderlo al consumidor final.

Cadena de valor rota

Por ello, el organismo que preside Abad destaca: «Está absolutamente rota la cadena de valor que se produce cuando un artículo elaborado en fábrica se distribuye a través del pequeño comercio, por el único fin de concentrar el mercado en las grandes distribuidoras o fabricantes».

Llegados a este punto, muchos autónomos -que afrontan un cambio inminente en su sistema de cotización a la Seguridad Social- creen que «las Administraciones de las comunidades autónomas y el Ministerio de Industria siguen mirando para otro lado, sin poner freno a este atropello».

Abad es muy contundente: «No podemos consentir que la distribución de bienes y productos de consumo caiga en manos de oligopolios; estamos condenando a miles de familias al cierre de sus negocios».

Por ello, la unión de autónomos prepara una solicitud de modificaciones urgentes en la normativa reguladora de la distribución, como muro de contención a la caída de tanto pequeño negocio de proximidad.

No en vano, se suceden diariamente las declaraciones de asfixia financiera de los pequeños negocios. Este jueves, precisamente desde una de las zonas más dinámicas del país se lanzaba un SOS.

La Confederació de Comerç de Alicante, Castellón y Valencia (Confecomerç) ha instado a la Generalitat a que atienda la petición de dotar de ayudas «directas y urgentes» para sectores como las panaderías, pastelerías y carnicerías, que tienen un alto consumo energético, imprescindible para desarrollar su trabajo, siendo necesaria la consideración de sector intensivo en consumo energético.

Incremento de costes

Confecomerç ha reclamado que se dote a estos comercios de ayudas para poder hacer frente al fuerte incremento de costes de la luz y el gas, dada «la alta dependencia que tienen algunas actividades comerciales, imprescindible a la hora de elaborar sus productos», según ha indicado la entidad en un comunicado.

Así, han subrayado que la medida es «absolutamente necesaria» para paliar el escenario que viven estos comercios, que ha alertado de que se encuentran «ahogados, en una situación de vulnerabilidad por la espiral inflacionista que está provocando que los costes crezcan a mayor velocidad que las ventas», por lo que ha avisado que la continuidad del negocio «se encuentra en grave peligro».

Al mismo tiempo, se hacía público el dato de concursos de acreedores a noviembre de 2022. Han subido un 71,5% respecto al año anterior, según el avance de los datos mensuales publicado este jueves por el Colegio de Registradores, y tras las moratorias arbitradas por la pandemia.

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