El Banco de España desmiente al Gobierno de Sánchez: los beneficios empresariales caen
El supervisor exhibe la mayor vulnerabilidad de las empresas españolas, en plena crisis de suministros, alza de costes y creación de nuevos impuestos
Un reciente informe del Banco de España al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE demuestra que los beneficios de las empresas españolas caen, en contra del argumento del Gobierno de Pedro Sánchez y el gabinete económico que encabeza la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, para sobregravar a determinados sectores, como las eléctricas y la banca con los nuevos tributos temporales, y para elevar las cotizaciones de todas las empresas, especialmente las pymes, bajo la apariencia de que hay beneficios «extraordinarios» cuando ese concepto se refiere a actividades distintas de la actividad ordinaria de la empresa.
Como explica el economista jefe de Tressis, Daniel Lacalle, en exclusiva para TO no solo sucede lo que evidencia el Banco de España en el gráfico adjunto, sino que -además- los márgenes de las empresas no recuperan los niveles de 2019, mientras suben los impuestos al empresariado.
El economista Javier Santacruz precisa que la dinámica a la baja de los beneficios se concentra en las pymes, con saldos decrecientes, mientras hay exiguos crecimientos en la gran empresa, y recalca la subida del Impuesto de Sociedades que soportan las compañías, unida al mayor coste laboral derivado de las cotizaciones a la Seguridad Social al alza.
Santacruz indica que la recuperación de los beneficios ordinarios habría permitido que en la Central de Balances, máximo piloto de la marcha empresarial, que publica el Banco de España, el margen sobre el valor añadido bruto (VAB) siguiese aumentando en 2022. Pero desde el verano se detecta un pinchazo debido al aumento de los costes de producción y la mayor carga tributaria.
IVA e IRPF
Justo desde mediados del año pasado, explica el experto, el porcentaje de empresas que declaran beneficios crecientes comparado con el de empresas que dicen que sus beneficios caen empieza a desacelerarse y a descender.
Mientras la Agencia Tributaria hace caja con la inflación, vía Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) e Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), hasta niveles récord, y pese a ello, se han creado nuevos impuestos, a banca y eléctricas, y a grandes patrimonios, gravamen de dudosa legalidad, según el consenso, lo cierto es que, según el supervisor, se evidencia la «vulnerabilidad» de las empresas.
El porcentaje de las pymes españolas más vulnerables habría permanecido estable entre abril y septiembre de 2022, y se habría situado en el 7%, apunta el Boletín Económico Evolución Económica Reciente de las Pymes Españolas y de su Acceso a la Financiación Externa, de acuerdo con la encuesta semestral del Banco Central Europeo (BCE).
Frenos a la inversión
Como explica el director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), brazo intelectual de la CEOE, Gregorio Izquierdo, el aumento de costes está lastrando los resultados de las empresas, y precisamente remite al informe del Banco de España del que se ha hecho eco este periódico.
Como matiza el profesor de Finanzas del Centro de Estudios Financieras (CEF), Juan Fernando Robles, «es lógico que con un repunte de los costes por la inflación así como de los costes laborales las empresas vean recortados sus beneficios, circunstancia que, junto con el aumento de los costes financieros, va a dificultar la inversión empresarial, empeorar la productividad y reducir la demanda de empleo. Con este escenario, las subidas salariales deben moderarse si no se quiere perjudicar la competitividad empresarial, vital para el mantenimiento del empleo y las exportaciones».
El estudio del organismo que gobierna Pablo Hernández de Cos refleja que el sector empresarial español se ha visto afectado, en los últimos años, por perturbaciones sin precedentes: la irrupción de la pandemia de coronavirus, los cuellos de botella en las cadenas de suministros y la escalada de los precios de las materias primas, entre otros factores, como la modificación de las condiciones de contratación impulsadas por la reforma de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Entre abril y septiembre de 2022, para las pymes españolas se prolongó la tendencia de recuperación de la actividad registrada en los dos semestres previos. No obstante, los mayores costes de producción «llevaron a un deterioro de los beneficios empresariales para la mayor parte de las empresas», reza el informe del supervisor. Además, respecto a la financiación externa, los resultados muestran un deterioro, por primera vez desde hace prácticamente una década -desde 2013- en el grado de accesibilidad al crédito bancario.
Reacción del empresariado
Por todo ello, en esta tesitura de dificultades para el empresario generador de empleo, las patronales han reaccionado contra la demonización de la actividad privada y la obtención de ingresos.
«En los últimos días, hemos asistido a una serie de declaraciones por parte de algunos actores políticos e, incluso, de miembros del Gobierno, que vienen a cuestionar el papel del empresariado con una agresión directa a la que se ha llegado a poner nombre propio», transmite la CEOE.
Cada uno de estos ataques se extiende contra toda la iniciativa privada, prosigue el comunicado: contra trabajadores autónomos, comerciantes y agricultores, pequeñas y medianas empresas y, también, grandes empresas. Todos ellos forman parte del tejido empresarial y ejercen legítimamente su actividad desde la libertad de empresa que la Constitución española les reconoce.
Queremos recordar que esa Constitución, en su artículo 38, ampara la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado y exige a los poderes públicos necesaria garantía y protección en su ejercicio. Es incompatible el desconocimiento de estos mínimos principios con el ejercicio de un cargo en un poder del Estado, zanja el comunicado patronal.