Page planta al 'lobby' impulsado por Ribera que busca marcar la agenda ecológica en España
La organización ha presentado sus casi 200 propuestas en el Congreso, Senado y en casi todos los territorios del país
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. | EuropaPress
Madrid, Cataluña, Andalucía, Cantabria, Asturias… casi todas las comunidades autónomas excepto tres han recibido a la Asamblea Ciudadana para el Clima, un lobby impulsado por Transición Ecológica para marcar la nueva hoja de ruta verde en España. Las tres comunidades son Castilla y León, Murcia y Castilla-La Mancha. Desde la asociación se sienten sorprendidos, no tanto por la primera que asumen que gobierna Vox, sino por la última, donde gobierna el socialista Emiliano García-Page.
La negativa a atenderles no la llegan a comprender desde la asociación. Así, la amalgama de conjeturas acerca de este rechazo no para: desde su relación con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hasta las venideras elecciones autonómicas. «Lo que proponemos no es una cosa radical, son propuestas sensatas», comentan. La organización verde la impulsó Ribera y adquirió fama tras una reunión con el presidente Sánchez en los jardines de La Moncloa a principios de junio del pasado año. Allí, los representantes de la asociación le entregaron casi 200 propuestas (173 en concreto) para llevar a cabo en nuestro país en los próximos años.
Una de estas (la número 48) apunta de forma indirecta a la caza: «Asegurar la conservación de los espacios naturales y las especies animales y vegetales afectados por el cambio climático a través de planes y programas específicos (…) La biodiversidad mundial está desapareciendo a un ritmo alarmante debido a la destrucción de los hábitats, la caza intensiva, la expansión de las especies invasoras, la contaminación o los cambios producidos por el cambio climático». Una realidad que salpica a Page, que tiene, según dicen desde Castilla-La Mancha, «la mayor reserva cinegética de España y la que más empleo tiene vinculado a la caza».
El Gobierno de Page tiene su propia estrategia para combatir el cambio climático. Una batería de medidas que empezaron en 2020 y acaban en 2030. No obstante, desde Ecologistas en Acción la critican: «Tenía buen contenido técnico, pero carece de ambición en las medidas que plantea. La mayor parte de ellas son de corto alcance y de carácter voluntario. Con la aprobación de la Ley de Cambio Climático las políticas regionales quedan obsoletas y la estrategia desbordada».
Fuentes de la asociación relatan a este periódico toda su ruta: «Lo hemos presentado a los sindicatos, a la empresa privada, al Senado y al Congreso». Algunas comunidades autónomas, como Cataluña, incluso han creado su propia asamblea ciudadana para el clima. «Algunos compañeros nuestros han estado apoyando y ayudando para que saliera adelante», aseguran. Pero el «mandato» para lanzar las propuestas ha llegado a su fin y ahora buscan cómo mantener el legado. «Queremos crear una asociación de asambleístas para no dejar perder todo lo que hemos conseguido el pasado año. Crear una asociación lleva su tiempo, pero ya tenemos unos estatutos que aprobaremos en una reunión el 14 de febrero», apuntan.
Aunque lo han presentado en las principales instituciones del país, desde la organización no olvidan a Castilla-La Mancha. «A ver si el señor Page nos da cita para poder presentarle el informe, o al menos con los técnicos de medioambiente. Ni las dos Castillas ni en Murcia nos han puesto fecha. El 6 de febrero lo presentamos en Baleares, el 7 lo presentamos en Aragón, el 15 en Navarra y en Andalucía a finales de este mes. En el resto ya se han presentado», sentencian.
Esta iniciativa comenzó como un mandato para un periodo medio de plazo para que 100 ciudadanos «muy heterogéneos» y sin apenas formación medioambiental esbozase más de un centenar de propuestas una vez sido instruidos por especialistas. Una vez acabado su trabajo se han movido por cada rincón de España para hacerlo llegar.
El plan está dividido en una serie de bloques donde se tratan diversos aspectos, como «la reutilización de las aguas en los edificios, regular los precios del mercado, limitar la densidad de destinos turísticos, proteger legalmente otros estilos, formas de vida y ocio, formar desde edades tempranas sobre cambio climático, promover materiales alternativos al plástico o fomentar la producción ecosostenible y la dieta basada en alimentos de bajo impacto ambiental».
