Caixabank pone en marcha una 'oficina' para centralizar la operativa de sus empleados
La entidad ofrecerá activamente la atención a su plantilla de manera remota a través de una docena de trabajadores
Un cartel de Caixabank. | Caixabank
Caixabank ha decidido poner en marcha una especie de oficina para atender a sus trabajadores en su rol de clientes y facilitar información sobre las ventajas y beneficios sociales que tienen. La entidad ha lanzado este proyecto, que por ahora se trata de una prueba piloto, con el fin de restar tensión a las relaciones con sus empleados y mejorar el clima laboral existente, dañado como en todo el sector sobre todo desde los despidos masivos aprobados tras los peores meses de la pandemia, además de para centralizar dicha operativa.
El grupo catalán, gracias a este plan, cuenta ahora con un centro especializado, que estará dotado en un principio con una docena de personas, para atender las solicitudes y los trámites de la plantilla de forma remota o a distancia desde Barcelona y Cádiz, según ha podido saber THE OBJECTIVE. El servicio a través de esta ‘sucursal’ servirá para los familiares de los trabajadores (cónyuges e hijos), será voluntario y aunque, va dirigido a todos, principalmente tiene como destino el personal que no se ocupa de la red física. Aquellos empleados que no quieran operar a distancia en la contratación de sus productos y servicios podrán continuar con el sistema habitual, mediante la operativa en su oficina tradicional.
La medida ha sido bienvenida por los representantes de los empleados y para su aceptación Caixabank realizará llamadas de manera activa a cada uno de los empleados. Así, por ejemplo, CCOO ha valorado positivamente la puesta en marcha de este servicio para la plantilla. El sindicato considera que «es una mejora ante la situación previa, en la que se perdía confidencialidad, había desconocimiento de muchos beneficios y productos y se estaba sometido a unos circuitos mucho menos ágiles y eficientes que el de la clientela».
Un gestor de Caixabank para cada mil trabajadores
Fuentes oficiales de Caixabank destacan que por el momento se trata de un piloto, pero que a partir de septiembre el proyecto será permanente. En función de la adhesión el número de gestores remotos se podría ampliar. Por el momento, la intención es que cada uno de los empleados que atienda a sus compañeros contará con una cartera de mil personas.
El lanzamiento de esta oficina virtual se produce en un momento en que los empleados, a través de los sindicatos, están llevando a cabo una serie de peticiones para mejorar sus condiciones. La más relevante, en el marco de la negociación colectiva, es el aumento de su salario para compensar la inflación tras el alza del 4,25% aprobado a nivel sectorial a principios de este año.
Pero en la lista de reclamos en Caixabank, al igual de lo que ocurre en el resto de las entidades, destacan el fin de las presiones comerciales y mayores beneficios en las hipotecas para reducir el impacto de la subida de los tipos de interés.
Precisamente, Caixabank ha aceptado sentarse en la mesa de negociación en septiembre para abordar la situación de los préstamos para vivienda de los empleados tras múltiples peticiones, según UGT. Este organización ha reivindicado que, de manera inmediata, el banco que dirige Gonzalo Gortázar implante algunas medidas, como las carencias en las hipotecas de la plantilla y la revisión de las condiciones de los anticipos, estableciendo una cuota fija basada en el tiempo de la amortización y no en un porcentaje de la nómina.
Con vistas a las reuniones que comenzarán el próximo mes, UGT prepara una batería de medidas a acordar, como son el establecimiento de un crédito de refinanciación a tipo fijo o mixto, permitiendo hipotecar la vivienda sin necesidad de que se haya producido adquisición; de un techo máximo en los intereses; de la reducción de las tasas para las nuevas operaciones; de la posibilidad de que la conversión a tipos fijos no pueda reversible en el tiempo; de la distribución del endeudamiento a todos los titulares; y de la eliminación del 0,47% en los dos primeros años, recortando así la carga financiera de los trabajadores.
Otras entidades ya han hecho un guiño a su personal para evitar el conflicto laboral, como es el caso de BBVA, que tuvo que modificar las condiciones de las hipotecas de sus empleados antes del verano para frenar la guerra interna que se avecinaba.
Los sindicatos y la plantilla de la banca, no solo de Caixabank, lleva varios años mostrando sus quejas de manera recurrente ante el trato dado por las distintas direcciones. En más de una ocasión han tenido que movilizarse para presionar y conseguir sus objetivos.
