Guindos justifica los tipos altos del BCE y pide mantenerlos un tiempo «suficientemente largo»
La máximo autoridad bancaria europea pronosticó la semana pasada que la inflación media este 2023 se sitúe en el 5,6%
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha afirmado este viernes que si se mantienen los tipos de interés altos por un periodo lo «suficientemente largo», se hará una «aportación sustancial» al objetivo de devolver la inflación al 2%. Guindos, en un encuentro de Kreab, ha subrayado el hecho de que los bancos centrales están virando su atención «desde el nivel de tipos […] hacia la duración de ese nivel en el tiempo». Esto es así porque «la política monetaria no produce sus efectos inmediatamente, sino que siempre tiene retardos«, aproximadamente, de entre 12 y 24 meses.
De Guindos ha recordado que la subida de tipos acometida se ha plasmado «muy rápidamente» en las condiciones de financiación de familias y empresas, pero que «queda otra parte por transmitir» del lado de los precios. El exministro de Economía ha avisado de que la rapidez con la que esta se materialice «se tendrá en cuenta para decisiones futuras».
El BCE pronosticó la semana pasada que la inflación media este 2023 se sitúe en el 5,6%, para moderarse al 3,2% y al 2,1% en 2024 y 2025, respectivamente. Esto supuso una revisión al alza de dos décimas para este año y el siguiente, que se justifica en los precios de la energía, pero es una corrección a la baja de una décima para 2025. La variable subyacente, que excluye de su cálculo los precios de la energía y los alimentos dada su mayor volatilidad, también se revisó «ligeramente a la baja», para quedar en el 5,1% este año, en el 2,9% en 2024 y en el 2,2% en 2025.
De Guindos ha sostenido que el BCE ha elevado sus previsiones de inflación por la subida de los precios del petróleo, por la depreciación del euro, que afecta a las importaciones, y por la evolución de los costes laborales. Queda pendiente cómo la retirada de las medidas fiscales nacionales para paliar los efectos de la crisis energética pueden afectar a la inflación.
Situación financiera europea
De Guindos ha afirmado que el sector bancario europeo tiene un alto nivel de capital y liquidez, lo que ha mejorado «notablemente» su rentabilidad. «Según nuestros cálculos, [está] por encima del 10%. Antes de la pandemia, por ejemplo, estaba en el entorno del 4%», ha relatado. En consecuencia, la banca no supone un riesgo para el sistema financiero europeo, sino que se encuentra en el sector inmobiliario comercial dada la presencia de fondos de inversión con tipos de activos en cartera de «riesgo elevado» y con «muchísimo apalancamiento».
«En términos generales, la situación de solvencia de la banca europea es muy buena», ha reiterado De Guindos, pero ha apuntado al tema de la liquidez como principal reto, ya que la banca online y las redes sociales facilitan pánicos bancarios que pueden «vaciar» rápidamente una entidad, tal y como ocurrió en el caso del Silicon Valley Bank (SVB).
Sobre el futuro, De Guindos ha anticipado que, dado el entorno de desaceleración económica, los préstamos de dudoso cobro «van a ir subiendo», ante lo que el supervisor debe pedir «prudencia» a las entidades a la hora de repartir dividendos o realizar recompras de acciones. «Satisfacción, pero no complacencia», ha resumido sobre el sector. Asimismo, ha augurado que los depósitos «cada vez van a estar más remunerados» de forma paralela a la política monetaria ejecutada por el BCE.
El exministro de Economía ha explicado que China tiene problemas de acumulación de deuda, demográficos y en el sector inmobiliario, y, aunque la banca europea no tenga exposición directa al ‘gigante asiático’, sí lo está de forma indirecta al haber una ralentización de su crecimiento por las ramificaciones a nivel mundial.
Fusiones bancarias
Sobre la concentración bancaria en España, De Guindos ha advertido de que podría verse «afectado» el nivel de competencia en el sector de realizarse más fusiones, ante lo que De Guindos ha opinado que «tienen mucho más sentido» las fusiones transnacionales. De Guindos ha recordado que la semana pasada el BCE decidió reducir al 0,7% el crecimiento económico de la eurozona para este año, pero ha considerado que lo realmente destacable es que hay un «estancamiento» durante la segunda parte del ejercicio.
Esto ha sido así por la afectación al consumo fruto de una alta inflación que ha mermado la capacidad adquisitiva de las familias. Además, el crecimiento de la economía mundial también se ha desacelerado, pero ha reseñado como nota positiva el que Estados Unidos haya esquivado la recesión.
De Guindos ha valorado que la tasa de paro se encuentre en mínimos históricos y que el crecimiento del mercado laboral esté creciendo tanto por número de empleados como en horas trabajadas. Sin embargo, ha alertado de que este aumento está siendo superior al de la actividad económica, lo que implica reducciones en la productividad. El español también espera que la mejora de los beneficios empresariales que tuvo lugar en 2022 «sea capaz de absorber parte del incremento de los costes laborales unitarios», y, por tanto, tenga una repercusión «relativamente moderada» sobre la inflación.
De cara al futuro, el panorama macroeconómico es de «muchísima incertidumbre», con la inflación «a la baja», pero con el precio del petróleo repuntando. «Habrá que ver cuál es la evolución de los salarios y […] de la productividad», ha avanzado. De Guindos ha manifestado que los riesgos al crecimiento están sesgados a la baja, por lo que si las estimaciones no se materializan, será porque se ha sido «demasiado optimista».