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Economía

Repsol se arriesga a perder las ayudas del Gobierno al frenar el electrolizador vasco

Fue reconocido por la Comisión Europea como proyecto estratégico y de interés común europeo

Repsol se arriesga a perder las ayudas del Gobierno al frenar el electrolizador vasco

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz. | Europa Press

El presidente de Petronor y consejero de Repsol, Emiliano López Atxurra, dejó un recado el pasado lunes al Gobierno futuro de coalición y a la hipotética decisión de que los impuestos contra las energéticas dejen de ser temporales para convertirse en estructurales. La amenaza lanzada por la energética fue clara: algunas inversiones se podrían deslocalizar por este escenario de incertidumbre regulatoria. Unos minutos más tarde, se puso un nombre propio sobre la mesa: el electrolizador de 100 megavatios que se estudia construir en País Vasco.

Sin embargo, este electrolizador en concreto fue reconocido por la Comisión Europea como proyecto estratégico y de interés común europeo (IPCEI). Una distinción que cambia por completo el escenario ya que ahora salpica de lleno a Bruselas y, además, arriesgaría las ayudas comprometidas por el Gobierno central para el impulso de esta pieza clave para producir hidrógeno.

Así, fuentes de la Comisión Europea aseguran a este periódico que los proyectos estratégicos se financian con cargo a los presupuestos nacionales. Los Estados miembros son los encargados de constituir un IPCEI, determinar el alcance de los proyectos, seleccionar la empresa (o empresas) y proyectos participantes. Mientras que los servicios de la Comisión están dispuestos a apoyar sus planes, orientarles y evaluar los proyectos notificados lo antes posible. «Bruselas ha cooperado -y está cooperando- activamente con todos los Estados miembros interesados en posibles IPCEI en el ámbito del hidrógeno», sentencian.

El resto de electrolizadores que tiene en mente la energética en País Vasco no están bajo su lupa. Es decir, se salvarían de una hipotética revisión de su inversión. Estos son dos: el electrolizador de 2,5 megavatios, cuyo inicio de operaciones se anunció hace pocas semanas, y otro de 10 megavatios. Ambos dos no están considerados como proyectos estratégicos y la razón de que sean excluidos por la compañía se debe a que ya están consolidados.

Aún así, hay que resaltar que las declaraciones de López Atxurra pronunciadas a principios de semana no significa que la desinversión se vaya a producir en España. De momento seguirá siendo un aviso de la energética al futuro gobierno hasta que se decida tomar una decisión estratégica. Una situación que involucra a muchos actores políticos: desde el propio futuro gobierno de coalición hasta el PNV, como partido de gobierno en País Vasco. La petrolera española, con su consejero delegado Josu Jon Imaz al frente, es sin duda la empresa energética que más ruido ha hecho con respecto a la política regulatoria adoptada por el Ejecutivo en los últimos años.

Francia, paraíso para los electrolizadores

Fuentes expertas del sector sostienen a este periódico que los franceses han sabido jugar de forma muy inteligente con respecto al hidrógeno verde. Así, cuando salió el reglamento europeo sobre este vector energético, allá por febrero de este año y que fue más tarde ratificado en verano, Francia consiguió durante las negociaciones que la producción del hidrógeno verde en su país fuese posible solo con conectarse a la red eléctrica de su territorio. Sin necesidad, como ocurre en España, de necesitar una placa solar o un molino de viento. Un escenario que facilitaba mucho la puesta en marcha de los electrolizadoras (la pieza clave para producir hidrógeno verde).

Esto último se debe a que «uno de los requisitos que te permiten conectarte a la red de forma directa con un electrolizador es calculando las emisiones de la red eléctrica nacional, que estas deben ser inferiores a 18 gramos de Co2 por megajulio. En España, están alrededor de los 54 gramos de Co2 por megajulio, mientras que en Francia, como hay tanta energía nuclear, las emisiones están en alrededor de los 17 gramos de Co2 por megajulio. Dado a las bajas emisiones del sistema eléctrico francés es posible conectar el electrolizador a la red de forma directa. Existen otros requisitos menos relevantes, como la obligatoriedad de firmar un PPA (un contrato a largo plazo)».

En España, en cambio, te exigen también un PPA, pero además que «haya una correlación horaria entre la electricidad producida por la instalación del PPA y el electrolizador». De esta forma, las empresas en nuestro país tendrán que introducir sistemas que permitan garantizar que están produciendo de la planta concreta del PPA (aunque esté conectada al sistema eléctrico). Por otro lado, por la noche aquellos electrolizadores que estén sujetos a una placa solar no lo podrán hacer, mientras que en Francia sí es posible.

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