Universal DX es ya la 'startup' más importante de Andalucía y la biotech más potente de España
La firma acaba de levantar 64 millones y ultima la comercialización de un test de detección del cáncer de colon
El presidente ejecutivo de Universal DX, Juan Martínez-Barea.
La odisea emprendedora de Juan Martínez-Barea comienza en Sevilla en 2012. Es entonces cuando funda Universal DX, startup de biotecnología, con la intención de crear un test de detección precoz del cáncer de colon. Más de una década después, al ritmo de un proceso mucho más lento que el que implica, por ejemplo, el desarrollo de un SaaS, la compañía andaluza enfila la recta final de su meta con una ronda exultante (según la escala española) bajo el brazo: la semana pasada anunció el cierre de una operación de 64,1 millones de euros que podría ampliarse en diciembre.
El invierno de los mercados no desluce el éxito que supone esta inyección de capital. Aunque Universal DX perseguía obtener una cantidad cercana a los 100 millones, su ronda se convierte de golpe en la sexta más importante del año tras las de la gallega Denodo (336 millones), Revel (115), Fever (101,3), Cabify (101) y Wallapop (81).
Hasta la fecha, la ronda más significativa de una startup made in Andalucía la había protagonizado Kampaoh (14 millones, invertida por Encomenda, el fondo de Carlos Blanco), que no es una empresa deep tech. La de Universal DX es, de hecho, la mayor ronda de inversión protagonizada jamás por una startup de la región y la más relevante de una biotech en España.
En la liga meridional a la que accede Martínez-Barea hay pocos integrantes: Bernardo Quintero, que convirtió VirusTotal en uno de los brazos de ciberseguridad de Google; el alicantino/malagueño Joaquín Cuenca, CEO de Freepik, que vendió al fondo sueco EQT la mayoría del capital de la firma de recursos gráficos por unos 250 millones; o Pilar Manchón, alta ejecutiva de Google en Silicon Valley.
Potencial infinito
Si el primer test tiene éxito, Universal DX adaptará su tecnología a otros tipos de cáncer (pulmón, estómago y páncreas, entre otros). La estadounidense Quest Diagnostics es el socio estratégico de la startup al otro lado del charco. El test de sangre para detectar el cáncer de colon representa un mercado de unos 20.000 millones y el pistoletazo de salida para la comercialización depende del visto bueno de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU).
Cambiar el mundo
Martínez-Barea es un soñador nato, pero también un soñador posibilista. Como dicen los americanos, he’ll always put his money where his mouth is, cuya traducción libre viene a convertirlo en un empresario profundamente convencido del impacto del proyecto que le ocupa. Su misión siempre ha sido «salvar millones de vidas» a través de un test no intrusivo y con un elevadísimo porcentaje de fiabilidad.
Tal es su determinación que ni siquiera la naturaleza titánica de sus competidores estadounidenses, capaces de levantar 1.000 millones y por lo tanto de comprar velocidad en I+D, le ha hecho titubear. Hoy Universal DX roza con las yemas de los dedos una aspiración sin precedentes en la biotecnología española: generalizar un test de primer nivel cuyo precio se adaptará a la realidad de cada mercado (en EEUU costará más que en Europa, por ejemplo).
Oportunidades para la cantera
«Los jóvenes no ven las cosas como pudiera pensarse. Son naturalmente optimistas y quieren mejorar el lugar en el que viven», afirma el presidente ejecutivo de Universal DX. Esta es la razón que le llevó a auspiciar Sputnik, un proyecto para formar a 5.000 chavales de la ciudad en las tecnologías más disruptivas del momento.
Lejos del provincianismo que en otras esferas lastra las aspiraciones de la comunidad más poblada de España, Martínez-Barea siempre tiende la mano desde Sevilla a Málaga, el otro hub andaluz. «Si ambas ciudades uniesen fuerzas, estaríamos ante un ecosistema tecnológico redimensionado y con enormes posibilidades».
