Los expertos corrigen al Gobierno y denuncian que el gas argelino se exporta a Marruecos
Aseguran que no existe una tecnología hoy en España para diferenciar moléculas de gas dentro de la red del sistema
En la primavera de 2022, España y Argelia alcanzaron un nivel de tensión sin precedentes tras el giro del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de reconocer el Sáhara Occidental -aliado histórico de Argel- como provincia autónoma de Marruecos. De esta forma, el que era el principal proveedor de gas del país ponía en jaque su suministro si llegaba su hidrocarburo hacia el reino alauita. Desde el Gobierno actuaron rápido y trataron de calmar a los argelinos asegurando que «ni una sola molécula de gas que llegase a Rabat se podría imputar a Argelia». Una afirmación que no trascendió, pero que generó incertidumbre en el sector.
Desde el Ministerio de Transición Ecológica argumentan que existe un sistema de trazabilidad de gas donde se certifica el origen del mismo. Una función que lleva a cabo la empresa participada por el Estado, Enagás, que actúa como gestor técnico del sistema gasista. Defienden que existen garantías para que este gas no llegue a Marruecos y que se cuenta con tecnología para evitarlo. Afirmaciones que son tumbadas por media decena de expertos consultados por este medio. «No es posible diferenciar el gas una vez inyectado en la red gasista», sentencian.
Los especialistas en redes de gas califican de «imposible» la existencia de una tecnología que permita discriminar moléculas de gas de un país con respecto de otro. Además -y para más inri- subrayan la problemática constante que sufren los tubos, con recurrentes episodios de escapes.
A finales de 2021, el Gobierno argelino cortó el grifo de gas a Marruecos, cerrando así el suministro del hidrocarburo que llegaba a través del tubo del Magreb. La razón que esgrimieron fue por «las prácticas hostiles» que ejercía Rabat sobre Argel. Unos meses después, en verano de 2022, España comenzó a utilizar parte del gasoducto de Magreb -que nace en los yacimientos argelinos de Hassi R’Mel y que concluye en la Península Ibérica por medio de un tubo submarino- para transportarle gas desde España. El proceso era el siguiente: el reino alauita compraba este recurso energético en los mercados internacionales, el metanero lo depositaba en una regasificadora española y este se transportaba por el sistema hasta llegar a Rabat.
Fuentes del sector energético aseguran que les consta que el desembarco del gas natural líquido (GNL) comprado por los marroquíes ha sido depositado tanto en las regasificadoras de Huelva (Andalucía) como de Bilbao (País Vasco). Si uno acude al mapa de la red gasística observará que es obligatorio que el gas comprado por Marruecos pase por el centro de transporte y estación de compresión de Córdoba, que es quien lo envía de forma directa a Tarifa, donde está la conexión internacional con Marruecos. Una estructura -esta última- que limita su función a coordinar las actividades de mantenimiento, operación y control de la red de gasoductos, además garantizar que el gas natural mantenga una presión suficiente durante su recorrido.
Aumenta el envío de gas hacia Rabat
Desde que España dio luz verde al envío de gas hacia Marruecos, este se ha incrementado de forma notable. Si uno observa los boletines estadísticos de gas apreciará que el gas enviado desde Tarifa al reino alauita se ha incrementado de forma exponencial. Sin ir más lejos, si atendemos al último, este ha aumentado un 3%, de 553 gigavatios hora al mes en noviembre de 2022 a 570 en noviembre de 2023. Cantidades que ya son de por sí muy elevadas con respecto a los últimos años. Sin embargo, si analizamos las cifras de octubre, observaremos que la cantidad se ha elevado en un año de 328 gigavatios hora al mes a 806.
Por otro lado, la importación del hidrocarburo argelino sigue al alza. Así, los últimos datos demuestran que Argelia es el principal vendedor de gas en España, copando el 28,7% de la cuota total de importaciones desde enero de 2023. Un porcentaje muy elevado, que se aleja de sus competidores en 2023, como es el caso de Estados Unidos (21,6%), Rusia (18,1%) y Nigeria (13,9%).
Hace unas semanas, se hizo público el aterrizaje del embajador de Argelia a España. Una decisión que se entendió como un cierto acercamiento entre los dos gobiernos y el fin de una crisis diplomática tras 19 meses. Italia ha sabido aprovechar estos momentos de tensión entre los dos países para cerrar con los argelinos la construcción del que está llamado a ser el gasoducto de hidrógeno verde más grande de Europa, además de convertirse en su socio referente en el Mediterráneo. Una posición que antes estaba muy disputada entre España e Italia.