Cómo está el mundo, Facundo
En ‘El gris importa’ analizamos las tensiones políticas y geopolíticas que todavía amenazan la economía global
En las últimas semanas, las tensiones políticas y geopolíticas se han recrudecido. En España crece día a día la trama de corrupción creada en torno de Koldo García, el exguardaespaldas y persona de confianza de José Luis Ábalos, mientras prosiguen los enfrentamientos entre el Gobierno y los jueces por la ley de amnistía.
Fuera, continúan las guerras en Gaza y Ucrania, los hutíes e Irán siguen haciendo de las suyas en el mar Rojo y Vladimir Putin amenaza con «destruir la civilización» con su arsenal nuclear. ¿Cómo puede afectar esta inestabilidad a la evolución de la economía?
Una economía que tiene, además, sus propios problemas. Aunque las bolsas de todo el planeta han protagonizado una importante escalada a lomos de las expectativas suscitadas por la inteligencia artificial, no está nada claro que la evolución pueda mantenerse, e incluso podría acabar, como en 2000 o en 2008, en un llanto y crujir de dientes.
Por su parte, la inflación remite, pero los expertos alertan que las fuerzas que la sustentan (fundamentalmente, el coste de la energía y los alimentos y la perturbación en la cadena de suministro global) aún persisten.
Por último, Occidente ha acumulado unos niveles de endeudamiento insólitos en tiempos de paz y claramente insostenibles. Los bancos centrales nos han ayudado a aliviar la carga hasta ahora, pero Luis de Guindos, el vicepresidente del BCE, declaraba hace unos días que, después de «cuatro años sin reglas fiscales […] la barra libre se ha acabado».
Sobre todo ello debaten el profesor del IESE Javier Díaz-Giménez y el corresponsal económico de El Liberal, Miguel Ors Villarejo, en esta nueva entrega de El Gris Importa.
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