El Gobierno de Orbán ignora las críticas de Óscar Puente por la compra de Talgo
El ministro de Transportes esgrimió argumentos relacionados con la seguridad militar para oponerse a la operación
El Gobierno de Orbán, a través de la embajadora de Hungría en España, Katalin Tóth, ignora las críticas del ministro de Transportes, Óscar Puente, en plena OPA (oferta pública de adquisición) del grupo Ganz-Mavag por la empresa española Talgo. El pasado viernes, durante una rueda de prensa en la sede del Ministerio, Puente esgrimió como argumento para rechazar la entrada de los húngaros en el capital de la empresa de fabricación de trenes cuestiones de seguridad. Unos días después, la embajadora húngara, y tras una pregunta de THE OBJECTIVE, descartó entrar en la ‘guerra’ abierta por el ministro contra Hungría, manteniendo una posición neutral.
Mientras tanto, las fases de la OPA siguen su curso. Así, el lunes, la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) admitió a trámite la solicitud de autorización de la oferta por el 100% del capital de Talgo que presentaron por los húngaros el pasado 4 de abril. Un decisión que, según el anuncio, no supone pronunciamiento alguno sobre la resolución a la autorización de la oferta. De hecho, quien tiene la última palabra sobre esta operación es el Ejecutivo, que estudió frenar la operación a través del ‘escudo antiopas’, y que ahora busca una contraopa por medio de un nuevo socio.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, aseguró hace unos días que la entrada de los húngaros en Talgo «es un problema geopolítico«. Además, aseguró que «la tecnología de rodadura desplazable es crítica». Para ello, relató un viaje a las repúblicas bálticas que hizo como ministro: «Se está desarrollando un proyecto de alta velocidad en el que hay hasta 50 empresas españolas involucradas, y allí me hablaron muy poco de la red de alta velocidad. De lo que sí me hablaron mucho fue de la red de movilidad militar y, ojo, porque el contexto no es fácil y Talgo tiene un material muy sensible en una situación como esta».
Los húngaros (a través de este consorcio que lo forman un fondo del gobierno húngaro y la compañía Magyar Vagon), mantienen su pulso con el Gobierno y confían en cerrar la operación. Desde el país húngaro, a través de distintos medios de comunicación, subrayaron que el Ejecutivo aún no ha conseguido encontrar un socio que pueda reemplazar al consorcio Ganz-Mavag. Puente cree que es posible «una alternativa sin que se necesite la ayuda del Gobierno». Un escenario que, de momento, se está dando, aunque han sonado algunos inversores que podrían ayudar a esta contraopa que monitoriza el Ejecutivo, como Criteria (el brazo inversor de La Caixa), que está ahora mismo también involucrado en otra operación estratégica de país, como es la irrupción de los Emiratos en Naturgy.
Otra de las razones por las que al Gobierno le preocupa la entrada de los húngaros es que la empresa pública Renfe es su principal cliente y además la compañía CAF ha dado vía libre a Talgo para que monopolice la construcción de los trenes de ancho variable, los ferrocarriles clave para circular por la segunda fase de la liberalización del mercado en España. Por otro lado, la acción de Talgo en este último mes ha caído un 1,79%. Sin embargo, si miramos los últimos seis meses comprobaremos que la tendencia ha sido muy distinta, con una subida del 27%, pasando de 3,46 euros la acción a 4,40 euros.
Problemas con otra empresa
El ministro Puente mantiene al mismo tiempo una guerra contra Ouigo. Así, el pasado 1 de abril, en una entrevista radiofónica, el ministro Puente aseguró que entre las medidas que estaba trabajando su ministerio para evitar que Ouigo hiciese «dumping» en España se encontraba la de «acudir a la CNMC porque estaban llevando a cabo prácticas que desde su punto de vista eran profundamente desleales». Dos semanas después, el pasado 15 de abril, Puente reapareció en un desayuno informativo mostrando una actitud más conciliadora, y comentó con menos ahínco las posibilidades de denunciar a la compañía ante la CNMC.
Dos semanas después, el 15 de abril, el ministro puso fecha a la presentación de los resultados de la operadora francesa. «Se conocerán antes de verano», dijo. Una predicción que cambió apenas unos días después, cuando en la sede de su ministerio arrojó dudas sobre si estas se iban a presentar en las fechas legales para hacerlo. «Estoy deseando conocer las cuentas», apuntó el ministro, que finalmente, con cierta sorna, deslizó que tardarían en llegar. Sin embargo, en los últimos días, parece haber dado una tregua a la compañía tras su reunión con el ministro francés.